Bajo una tormentosa lluvia en medio de un oscuro bosque, una recién nacida Luz fue abandonada por su madre en una antigua cabaña.
Por azares del destino, Edalyn Clawthorne, bruja salvaje, la encontró justo antes de que ocurriera una desgracia y se l...
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— ¿M-Mami Eda? —musitó Luz, anonadada por culpa de la tremenda bestia frente a ella que levantó sus afiladas garras con la intención de atacarla.
— ¡Aléjate! —gritó Lilith, invocando un gran orbe de luz cerca a la puerta. El brillo fue lo suficientemente potente como para cegar al monstruo y espantarlo de regreso al oscuro bosque.
Movimiento rápido de una Lilith que sabía las debilidades de su hermana transformada en aquel demonio de ojos negros. No sería la primera vez que encargándose de ella en ese estado, pero pasaron tantos años y temía que la bestia se haya fortalecido con el tiempo.
Al juzgar por su apariencia con grandes alas y plumas de un color oscuro, el monstruo, al igual que su hermana, había alcanzado su plena madurez, volviendo un oponente que barrería el piso con una bruja inexperta.
Sin peligro al acecho, la bruja pudo ir donde su sobrina que yacía en el suelo debido a la flaqueza de sus piernas. De inmediato la sondeó con un hechizo que cubrió todo su cuerpo de un tenue brillo color violeta, buscando por rasguños.
—Gracias al titán... —suspiró aliviada tras el chequeo que arrojó negativo.
Su sobrina estaba bien físicamente.
— ¿Luz? —Aunque no del todo bien mentalmente—. ¡Luz, reacciona! —Alzó su tono, chasqueando sus dedos.
— ¿M-Mamá...? —balbuceó aturdida, con la mirada perdida en la dirección donde la bestia se escapó entre los árboles— ¿E-Esa era mi...? —preguntó con los ojos llorosos y el rostro pálido, arrugando con fuerza su camiseta antes de empezar a hiperventilarse por el tremendo susto que se llevó.
Todo sucedió tan rápido que no tardaría entrar en shock, literalmente vio la muerte en esos oscuros ojos y afiladas garras de la bestia. Tenía tantas preguntas que lanzarle a su tía hasta el cansancio, pero cada vez que trataba de articular palabra el nudo de su garganta se lo impedía.
En cambio las lágrimas que hace segundos solo amenazaban meramente en caer, resbalaron por sus morenas mejillas.
—Cariño... —llamó Lilith abrazándola con fuerza, reteniendo sus ganas propias de llorar al ver a su sobrina en ese quebradizo estado.
Luz podrá ser ingenua y exageradamente torpe, pero no era tonta, ya no le encontraba sentido seguir ocultándole algo tan fuerte.
—Luz, sé que tienes muchas preguntas. Luego te lo explicaremos todo, lo juro... Pero por ahora necesito que te quedes en casa mientras traigo sana y salva a mi hermana... a tu madre.
—Oh, por el titán... —La conexión que tuvo con la bestia al solo verla a los ojos no fue coincidencia.
Su tía Lilith le estaba confirmando que esa bestia era Edalyn Clawthorne, la bruja que más ama en el universo. Las palabras no bastan para describir todo el caos que la pequeña tenía que procesar en tan pocos minutos.
