Cap. 32 - Amity vs Boscha... ¿vs Luz?

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No sé porque salieron +7 palabras jsjs. Si hasta ahora les gusta la historia, ¿podrían apoyarla con una estrellita? owo

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—O me puse mal mis lentes de contacto... o en serio la cocina se volvió el arenero de King —comentó Luz con una mueca de disgusto delineada en su carita recién lavada.

Era muy temprano por la mañana cuando la alarma de su pergamino explotó cerca de su oído, notificándole de que su primera práctica de Grugby con el equipo oficial de pociones sería en menos de una hora. 

Sin perder el tiempo, se arregló con su uniforme de jugadora hecho a manos por su madre, lavó su carita con agua y con jabón, y bajó por las escaleras, sumamente hambrienta. Desayunar el platillo especial que su madre siempre prepara cada vez que tiene entrenamiento la llena de muchas energías, aparte de ser un gran gesto para desearle la mejor de las suertes. Pero cuando llegó a la concina, en vez de encontrarse con la escena de un bonito desayuno familiar, vio a su madre dormida en una de las sillas, mientras las hornillas estaban prendidas, la licuadora fuera de control y la refrigeradora en llamas.

—Uh... Mami, ¿es normal que la cocina esté más desordenada que mi cuarto? —cuestionó la menor dirigiéndose a la dormida bruja, que extendió su largo cabello en la mesa a modo de almohada; una esponjosa y que no ha sido lavada en varios días—. Hey, levántate. Nos hacemos tarde. —La movió con delicadeza, también susurrándole cerca al oído.

Tuvo que quitar un largo mechón para poder ver el rostro de la mayor. Tenía ojeras, baba cayendo de su boca y las orejas caídas; todos síntomas de un gran desvelo del que Luz no tuvo conocimiento.

Eda no era mucho de mantenerse despierta hasta tarde, el cansancio que sufría la llegaba a estresar, y si eso pasaba, la bestia de su interior cobraba fuerzas para manifestarse.

— ¿Sigues viva? —preguntó, ahora agachándose por debajo de la mesa hasta llegar a su pecho. Solo quería cerciorarse que su corazón siguiera latiendo.

—Creo que no... —respondió la bruja a duras penas, por fin levantando su cabeza de la mesa.

Todo le daba muchas vueltas.

Agradece al titán que su hermana estuvo la noche anterior con ella; vigilándola, mientras corrían despavoridas por algunos caminos secretos del bosque.

Si Lilith no le hubiera dado un elixir de emergencia, se habría transformado, llamando la atención de los guardias quienes las reconocerían con facilidad.

— *Bostezo* Buenos días, mi amor... ¿Y eso que vistes?

Eda se separó un poco del abrazo de buenos días que Luz le dio, para fijarse mejor en la ropa deportiva que ella traía puesta. 

Aquello, sumado que su nevera ardía y el sonido de la licuadora taladraba su cerebro, fue suficiente para que espabilara unos segundos.

—No me digas que ya es tarde para tu entrenamiento. —La menor asintió, frotando su estómago que no paraba de gruñir—. Ugh. Eda, mala madre. Espérame un minuto.

La lucha de una Madre Búho - TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora