Bajo una tormentosa lluvia en medio de un oscuro bosque, una recién nacida Luz fue abandonada por su madre en una antigua cabaña.
Por azares del destino, Edalyn Clawthorne, bruja salvaje, la encontró justo antes de que ocurriera una desgracia y se l...
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3:00 am
—Uh... Quiero ir al baño.
Aturdida, lo primero que hizo Luz fue estirar su brazo para tomar su pergamino, pero como no lo encontró en el lugar de siempre, en su lugar sintió como golpeaba algo suave y de tres ojos, dedujo que no estaba en su cama.
— ¿Dónde estoy? —habló con pesadez y un gran malestar general, que comenzaba a invadir su cansado cuerpo.
Talló lentamente sus ojos, logrando por fin enfocar el lugar donde se encontraba, en la sala, en medio de sus amigas que yacían durmientes demasiado pegadas a ella.
—Me siento rara... —musitó para sí, ciertos sentimientos raros brotaron en su ser.
Y no era para menos, Boscha y Willow la estaban abrazando una de cada lado y con sus piernas sobre las de ella.
— ¡Chicas, despierten! —Requería urgentemente los servicios higiénicos.
—Cinco minutos más... —balbuceó Boscha entre sueños, e inconscientemente, dando media vuelta separándose de la morena.
Una bruja menos abrazándola, faltaba otra y sería libre.
—Piensa, Luz, ¿qué haría una chica mala en una situación como esta? —Golpear, robar y salir corriendo—. Uhmmm... No quiero lastimar a Willow.
Quería permanecer dormida a su lado, pero en serio necesitaba ir al baño.
Haciéndole algunas cosquillas y susurrando algunos chistes malos de plantas, Luz logró que su amiga se diera media vuelta, separándose sin necesidad de levantarla.
—Bien, ahora el baño. —Dio un gran estirón al segundo después de reincorporase. Mala idea, ya que el brusco movimiento logró que el calambre en la parte baja de su estómago regresara.
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Después de realizar sus necesidades básicas y tomada su poción contra el agudo dolor de su flujo fértil de magia, Luz quiso volver a la sala para seguir abrazando a sus amigas, no sin antes ir al cuarto de su madre e inspeccionar si volvió a casa.
