Cap. 55 - Una incomodidad antes que una verdad

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Casa Búho

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Casa Búho.

—Luz, ¿qué haces? —preguntó Eda parada en medio de la sala, visualizando a su hija, sentada en el sofá con un libro en la mano—. Luz, Luz, Luz Luz...

—Leyendo —respondió Luz cortante, hundiendo más con recelo su rostro entre las páginas de su libro.

Bajo todo contexto, Luz estaba hecha bolita en un rincón del sofá, cubierta por una manta como si no quisiera interrupciones de terceros, pero Eda simplemente no captó el mensaje... o necesitaba que su hija se digne en seguirle una conversación, porque si no finalmente moriría luego de varios días de indiferencia. Y no la culpa. Si estuviera en el lugar de Luz y hubiera visto el escándalo que hizo en la cena de Alador desde aquella perspectiva... también se molestaría con ella misma, mucho.

—Oh, de acuerdo. ¿Y qué lees? —continuó Edalyn, sentándose a su lado.

—Un libro. —Luz encogió más sus piernas para alejarse todo lo posible de ella.

— ¿De qué trata? —insistió la bruja.

—De... cosas. —La morena meditó unos segundos—. Cosas privadas que no le conciernen a nadie más que a Luz Clawthorne.

Dicho eso, la menor se deshizo de la sábana que la cubría, cerró el libro, no sin antes doblar una esquina de la página en la que se quedó, y prosiguió a escapar del sofá directamente hasta las escaleras.

—Hija... —murmuró la bruja, apenada por la nula cooperación o iniciativa que tuvo Luz por siquiera conversarle... para arreglar en algo las cosas.

—Permiso —despidió Luz, subiendo sin más a su habitación.

Eda se desparramó en el sofá, casi como queriendo que este se la trague.

Todo empezó la misma medianoche en la que echó a perder el intento de convivencia entre ambas familias. Luz no pronunció palabra durante el trayecto a casa, mucho menos Lilith, Raine a duras penas dejaba algunos vagos comentarios para levantar un poco la moral y que por lo menos coman algo de la comida que Blight les dio para llevar.

Eda, por otro lado, moría de vergüenza luego de reflexionar rápidamente sobre sus actos. No podría jamás mirar directamente a Alador, ni siquiera pararse frente a él. Y eso no sería un problema para Eda, pero si su hermana, Lilith, quisiera reintentar algo en un futuro cercano, ella no podría acercarse. Odalia es otra parte de la historia, Amity igualmente, solo que traspasado al mundo de su pequeña Luz, que teme que su madre haya arruinado tan bonito intento de amistad que ambas Lavier tenían con ellas.

—Se le ve muy molesta. —Contrario a su sobrina, Lilith bajó del segundo piso—. Solo dale un poco más de tiempo —suspiró, tomando asiento junto a su hermana.

— ¡Ya pasaron 3 días! —exclamó Eda, casi desesperada al jalar los mechones que cubrían sus largas orejas—. Me mata que ignore todo lo que quiera decir, ni siquiera he podido disculparme correctamente con ella.

La lucha de una Madre Búho - TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora