Cap. 53 - Mi papá es cool, pero...

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Unas semanas después

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Unas semanas después.

- ¡Asco! -chilló Amity de sorpresa, observando cómo el curioso taliamigo, parecido a su papá al tener el mismo corte de cabello, salía de una bolsa de papas mientras ella le llevaba el desayuno-. ¡Papá, ponle una correa a esa rata tuya!

-Oh, Mittens -saludó Alador, inmediatamente deteniendo sus labores con abominables para atender a su pequeña-. Pensé que hoy pasarías el día con tu madre.

-Ya es fin de semana -señaló Amity entregándole la bandeja con el desayuno: panqueques con forma de abominación, cortesía de ella que aprendió a cocinar "sin motivo" alguno.

- ¿En serio? -Alador revisó su pergamino. Mittens suspiró por lo perdido que puede ser a veces su padre-. Lo siento. Estos días han sido muy pesados y... creo que no he visto la luz del sol desde que te fuiste la semana pasada.

-Esto es grave, papá -reprochó Amity-. Sé que el negocio es importante y bla, bla, bla, pero tu salud lo es más. ¡Mírate!

-Me miro.

Alador invocó un espejo con mango de abominación. Amity, por su parte, subió a la mesa de atrás, con cuidado para no ensuciarse, para aparecer por sobre el hombro de su padre y señalar sus imperfecciones producto del pesado trabajo dentro del taller.

-Tu barba está muy desarreglada, tu atuendo lleno de baba de abominable... sin mencionar la peste, la comida desparramada por tu rata y la extraña sensación de que... no lo sé -enumeró, acto seguido sintió un pinchazo en su cuello que la hizo peinar el taller rápidamente con la vista-. Es cómo un picazón en la nuca.

-Son los ojos de los abominables -señaló Alador, entendiendo que se refería a la sensación de ser observada de la que su hija menor siempre se quejaba.

-Lo veremos después, primero lo primero.

La peliverde le quitó el espejo y jaló del brazo para forzarlo a salir del maloliente cuarto. Alador alcanzó a llevarse un panqueque morado.

-Tienes que salir un poco... literalmente te divorciaste de mamá para hacer más cosas, ¿verdad?

-Algo así.

Alador rascó su nuca, nervioso de que su hija piense mal de él o su madre por aquella idea.

-Estuve leyendo sobre actividades que hacen las brujas divorciadas -comentó Amity, invocando una revista de farándula que confundió con una de consejos para solteras. Todavía se extraña que haya imágenes raras de chicas con poca ropa-. Ayer reservé y junto a mamá tuvimos una cita en el spa, ahora es nuestro turno de tener un día de relajo.

-No puedo, cielo -interrumpió Alador-. Tenemos que entregar el nuevo lote de abominables guardianes para...

-Que tu equipo de trabajo se encargue de eso, el jefe necesita un día libre -refunfuñó Amity, molesta de que al parecer su padre sea el único sacrificado a tiempo completo, pero en serio completo de 25/7-. Date un baño, iremos de compras

La lucha de una Madre Búho - TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora