18.

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Damon

Jueves por la tarde y sigo tratando de recuperar el perdón de Amaris, he incluso trate de sacarla y me ha cerrado la puta puerta en la cara.
Se qué ha sido mi error llamarla con mi ex novia muerta, pero fue un momento fugaz.

Tenía que conseguir el perdón antes de que se fuera mañana.

Iba saliendo de una cafetería, con un café negro y una donut, espero que por lo menos me reciba esto.

Aparco la camioneta enfrente de mi casa y me dirijo hacia la de Amaris, cuando tocó el timbre después de unos minutos, la ama de llaves, me abre con una sonrisa de oreja a oreja.

— Muy buenos días, se encuentra Amaris — le digo lo más amable posible.

— Si señor, espere un momento — me dice y cierra la puerta tras de si.

Después de 5 minutos, la puerta vuelve a abrirse y Amaris sale con una ropa totalmente diferente.

Lleva un falda que le llega un poco más arriba de los muslos, unas media de rejillas, un top de tiras negro, unas botas de tacón, un collar con de candado y dibujado encima está un corazón.
En sus ojos se ve un perfecto delineado y sus labios con un color negro.

Cualquiera diría que está chica es mala.

— ¿Que quieres Damon? — y me mira sorprendida al alcanzarle la donut y el café. Se que le gusta negro, agradezco a su ama de llaves por haberme lo dicho.

— Quiero tu perdón Amaris, no puedo seguir así — le dije, estaba triste, estos días había Sido imposible para mí levantarme de la cama.

Solo quería hablar con ella.

— No se porque lo sigues intentando — dice mientras sale de su casa y se sienta en las escaleras de la entrada, yo hago lo mismo.

— Porque de verdad lo quiero, quiero que me perdones — dije y mire sus ojos, esos ojitos que podían volver loco a cualquiera, ví como su cara se le cruzaba una mirada de lastima.

— ¿Porque debo hacerlo Damon?¿Porque debo perdonarte? — me pregunta en un tono frío, tanto que quema más que el mismísimo hielo. ¿ Porque debía hacerlo? No sabía con exactitud, pero ahora se que ella estaba entrando a mi corazón y yo como un idiota la he cagado.

— Amaris, se que no soy perfecto, se que no merezco tu perdón, nadie en esta vida es perfecto, osea miranos — dije señalandonos mutuamente — somos como el fuego y el hielo, iguales y totalmente distintos a la vez, se que debes estar preguntandote quien es Leila, es una mujer de mi pasado, algo de lo que por ahora no considero que sea el momento perfecto para decirlo, pero la verdad es que has hecho que mi corazón se ablandará de nuevo, y se a sentido genial, era algo que jamás creí volver a sentir, pero tú estas cambiando todo eso, con tan solo ser así — le dije señalandola.

— así como? — pregunto levantando una ceja

— Una mujer segura de si misma, que sigue adelante apesar de lo que ha sufrido con la cabeza en alto, valiente, una que tienes que desifrar para entender y te aseguro que no me afectaría nada perder la cabeza en el intento — y cuando me doy cuenta, pequeñas lágrimas bajan por su mejilla, se las retiro con los pulgares.

Ella levanta la mirada y sus ojitos están llenos de tristeza, dolor, sufrimiento.
Me mira directo a los ojos y dice:

— No sabes nada de lo que ha sido mi pasado — con un voz que se le rompe en cada palabra.

— ese es el chiste de que seas un rompecabezas ¿No? Aunque yo pierda la cabeza una y otra vez, lograré desifrarte, aunque todo el mundo diga que el amor es debilidad, que causa dolor, prefiero morir en el intento de volver a enamorarme — ella me abraza y yo hago lo mismo con bastante fuerza, se que la he recuperado y me sentiría demasiado idiota si vuelvo a perderla.

Viernes por la mañana.

Debo admitir que fue un poco difícil conseguir el perdón de Amaris, pero lo logré, quiero volver a perder la cabeza con una chica, con una sola.

Mi problema ahora es Vanessa, está insoportable, incluso después de decirle que había quedado claro que era solo por diversión.

Debo ponerle fin, después de que llegue del viaje.

Cuando Amaris ya está en mi camioneta con la maleta en la parte trasera, nos dirijimos a buscar a mis amigos.

Mientras azael busca a los de Amaris.

Cuando llegamos a dónde les dije que tenían que estar y a qué hora agradezco que por lo menos Dante este parado ahí.
Sube la maleta a la parte trasera y de rabia iba a dejar a Mael, cuando escucho en lo lejano.

— ESPEREN!!! — Amaris y Dante voltean a ver de quién se trata pero como Dante ya sabe quién es gira la cabeza de nuevo hacia su celular, se vuelve a escuchar un grito.

— JODER — Y Amaris rompe a carcajadas, por el insulto qué ha pegado se que se a caído.

En lo que yo le gritó cuando ya logro verlo.

— Mueve el culo, debemos ir al instituto — y hace que corra más rápido, cuando deja la maleta en la parte trasera de la camioneta, sube a sentarse al lado de Dante, que como es de costumbre solo lo saludo con un choque de puño y yo hago lo mismo.

En eso Mael habla:

— Pero que chica tan preciosa, ¿Cómo te llamas? — le dice y Amaris voltea verlo, con esa hermosa sonrisa.

— Mucho gusto, Amaris — Mael y Dante abren los ojos como platos.

— espera, espera Amaris Wells? ¿La famosísima Amaris Wells que le gano no solo a uno, si no a dos Sellers? — y Amaris ríe.

— La misma — Dante y Mael voltean a ver y cuando yo asiento, los dos rompen en carcajadas.

— Me habían dicho que eras linda, pero no pensé que tanto — dice Mael con tono coqueto.

— Eh, eh, eh, Nada de coquetearle — les digo mientras manejo en dirección hacia el instituto.

— Uy perdón — dice Mael y se ríe con Amaris.

Dante por otro lado solo decide asentir, con eso se que le a quedado claro que no los quiero cerca de ella.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora