25.

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Amaris

Seis de la puta mañana, y ya teníamos a él estúpido de Mael como despertador.

¿A quien coño se le ocurre pedir un puto vuelo a las ocho de la puta mañana?

Ah si.
A nosotros.

Maldita sea la hora que decidí dejar que escogieran ese vuelo y más sabiendo que anoche casi y no nos acostamos a dormir.
Estaba sentada en mi cama cuando escuché.

— ¡Levantaos, tenemos un vuelo que tomar! — decía Mael mientras se paseaba por toda la suite.

— ¡MALDITA SEA MAEL, CIERRA LA PUTA BOCA, YA TODOS ESTAMOS DESPIERTOS — y con ese pequeño grito que pegue todo se quedó en silencio.
Agredecí en mis adentros que cerrará el pico.

Me puse de pie y camine en dirección hacia el cuarto del baño. Quería tomar una buena ducha antes de salir de la habitación.

El agua fría caí por todo mi cuerpo, haciéndome despertar en el instante.
En eso escuché que la puerta del baño se habria y pegue un grito.

— AHHHHH!!!!, MAEL LARGO DE AQUÍ — le dije pero me fijé el pequeño detalle de que tenía los ojos cerrados.

— Pero si tengo los ojos cerrados, NO VEO NADA — me dijo y yo estaba tapándome igual.

— MAEL, LARGATE — Volví a gritarle, pobre Mael, pero el se lo ganaba.

— Vale, vale, me voy — y salió del cuarto.

No entiendí porque el estúpido de Mael estaba en el cuarto del baño de mi habitación, pero ahora no se lo preguntaría.

Salí del baño con una toalla en mi cabello y otra cubriendome el cuerpo.
Decidí ponerme algo cómodo para el viaje.

Así que de mi maleta saque un Short color azul oscuro con una camisa blanca de tiras y unas converse blancas.
Después de cambiarme, empeze a desenredarme mi cabello y salí en dirección a la cocina, todos estaban sentados en la isla y estaba comiendo huevos revueltos con beicon y jugo de naranja.

— Dios Amaris, a que venía tanto escándalo — pregunto Dante con el ceño fruncido.

— Pregúntale a Mael — dije encojiendome de hombros.

Todos giraron en dirección a Mael y el levanto la vista de su plato y alzó las manos en señal de rendición.

— En mi defensa, en los cuartos de nosotros no había pasta dental, así que tenía que buscar algo con que cepillarme — y siguió comiendo.

— ¿Y por eso era el escándalo? — pregunto azael un poco confuso.

— No, es porque he entrado al cuarto mientras Amaris se duchaba — dicho eso Johan casi se atraganta con un pedazo de huevo y Damon se levantó con los puños cerrados caminando en dirección a Mael.

— ¡¿Que hiciste que?! — pregunto mientras se dirigía hacia el con el ceño fruncido y su cara de enojo.

Oh mierda.

— Tranquilo, dejalo estar no vio nada iba con los ojos cerrados — le dije tratando de calmar el ambiente.

Pero no funcionó.

— Y que más da, que tal que estuviera viendo por un lado — bufó Damon.

— Te aseguro, que si me entero de eso lo asesino, ahora sientate y sigue comiendo — le dije para que se calmara.

Después de terminar de desayunar, salimos todos de la suite con nuestras maletas, Azael iba con Samantha agarrados de la mano, Johan , Mael y Dante iban hablando.

Mientras que Damon iba a mi lado tratando de aprender una frase en francés.

— entonces, buenos días ojitos se dice: Bonjour les yeux? — a lo que yo asentí y dije

— mira que lo has dicho muy bien — el sonrió orgulloso.

Ultimamente estaba preguntándome muchas cosas para que se las dijera en francés, y se iba a apuntarlas en una libreta.

Una vez ví como escribia, Te quiero en francés y eso sí que una ola de ternura recorriera mi cuerpo.

Parecía un niño chiquito escribiendo eso, pero al verlo a él no tenía ni pinta de niño, tenía más bien pinta de esos que se paran en las esquinas con un grupo de amigos, sus chaquetas de cuero y su maldito ego por el cielo.

Estaba sumida en mis pensamientos cuando Mael hablo:

— Oye Amaris y si la loca esa de la discoteca vuelve, que piensas hacer? — pregunto y todos dirigieron su mirada a mi, esa era un buena pregunta, a lo que yo no había pensado una respuesta en concreto.

— Si lo que hace es hablar, pues se habla y si se lanza a golpearme como en la discoteca no dudaré en responderle — Damon levantó las cejas y su boca se abrió, todos me miraron perplejos.

— Que agresiva — dijo Johan entre risas.

— Tu cállate Johan — últimamente no me dirijía mucho la palabra, sabía que el sentía algo por mi, pero yo a él no lo veía como una pareja, siempre lo ví con ojos de mejor amigo y lo sabía.

Aparcamos en el aeropuerto y como era de esperarse Damon había comprado los tickets de primera clase.
Todos íbamos en lo nuestro, Samantha y Azael dándose amor.

Iugh.
Ahhhh tu no haces eso, pero como quisieras que fueras tú y Damon no pendeja?

Maldita conciencia.

Johan, Mael y Dante, se habían acercado bastante, hablaban mucho más que desde que llegamos.
Damon iba mirando algo en su celular y yo estaba escuchando música.

Sentí que alguien me tocó el hombro, y abrí los ojos lentamente, Damon estaba mirándome y yo solo le sonreí.
Me quite un auricular y el hablo

— ¿Que escuchas? — dijo mirando mi celular.

— La canción que me cantaste en la discoteca — le dije y el sonrió de oreja a oreja.

— Puedo escuchar contigo? — me preguntó, yo solo asentí y le pase un auricular.

El resto del viaje, la pasamos en silencio escuchando las melodías cuando derrepente empezó una de System of a down.

Volteo la cabeza de golpe y me miró con las cejas levantadas.

— Escuchas está música? — me preguntó con una pequeña sonrisa.

— Si, mi favorita es Toxicity — y su sonrisa se agrando muchísimo más.

— Me impresionan tus gustos, esa también en mi favorita — el me miro y se acercó, me dió un beso corto en los labios y luego volvió a arrecostarse en el espaldar en la silla del avión.

Así pasamos el resto del viaje.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora