Damon
Aquí me encontraba yo, en el hospital, a las ocho de la mañana, dandole de comer a la persona que quiero.
- Me siento inservible - dice ella mientras hecho una cucharada de sopa en su boca - Aparte, eso está horrible
Mira la comida y su cara se pone de todos los colores por el asco que le provoca.
- Que no puedas alimentarte todavía no significa que seas una inservible - Me encogí de hombros.
- Claro que sí, nisiquiera soy capaz de sostener una puta cuchara sin que se me caiga - Soltó.
- No seas tan dura contigo, eso pasara - Puse la sopa a un lado y le di un beso en la frente.
Está chica había robado mi corazón y no quería decepcionarla, había tomado la decisión de contarle la verdad cuando saliera del hospital, ya había pasado días desde que fui a la ecografía, pero no podía soltarcelo así como así, eso debía ser con calma.
- Amaris, puedo hacerte una pregunta - Murmuré dudoso.
- Claro - Se acomodo en la camilla con una sonrisa brillante.
- Te sientes a gusto conmigo? - Pregunté.
Si ceño se frunció rápidamente, sus labios formaron una línea recta mientras me miraba con duda.
- Porque esa pregunta? - Soltó.
- Solo quiero saber, lo estas o no - Me fijé en que había subido un poco mi tono de voz.
- Claro que lo estoy y ahora bájale dos rayas a tu tono - me señaló.
Me senté a su lado y la abrace un rato.
Al rato llego Paul con un ramo y un oso.Me levanté y los dejé a solas, ellos no eran de hablar mucho estando alguien más con ellos.
Cuando estuve afuera me encontré con Dante, Mael, Samantha, azael y Johan.- ¿Que hacen? - Solté enarcando una ceja.
- Lo obvio, visitando a la enferma - El comentario de Mael me saca de mis casillas.
- No está enferma - Digo.
- Ajá si - Murmura mientras pasa por mi lado con el resto.
Me quedo apoyado en la parte delantera de mi camioneta y todo se me revuelve a ver a la mujer que acaba de llegar.
Todo el enojo se esfuma al ver a Mael venir en mi dirección.- Tienes un cigarro? - me preguntó.
No dije nada, solo saque la cajetilla y un mechero para que pudiera encenderlo.
- Pensé que lo habías dejado - Comenté.
- Las ganas volvieron al ver a Amaris así, así que cierra el pico - Bufó.
- Mide tus palabras - Señale.
- O que - Respondió.
Este se estaba cavando una tumba.
- Sabes que no vale perder el tiempo peleando contigo, de todas formas ganaré - Solté.
- Ajá si ajá - dice el.
Tenerlo a mi lado mientras fuma es algo inquietante.
Vanessa se adentra al hospital al notar que no estoy solo y todo vuelve a revolverse causando que yo termine encendiendo un cigarrillo.- Mael puedo contarte una cosa - Inquirí.
- Claro, para eso estamos los amigos - Dijo obviandolo.
- Si alguien más se entera te mato, porque solo lo sabes tú - Exclamé.
Paso saliva y asintió.
Mael y Dante eran como hermanos para mí, después de la tragedia en la antigua mansión, dude mucho para volver a hacer más amigos o enamorarme.
Porque sabía que el destino haría algo para arrebatarme lo.- Vanessa está embarazada - Solté.
El peso que tenía encima por no contarselo a alguien, medio cesó.
Era como si el hubiera quitado mitad de ese peso.
Su cara se puso de un montón de forma posibles.- Es tuyo? - indagó.
- Si.. lleva mi sangre - Dije.
Era feliz porque tendría un bebé, pero no lo era al recordar que solo tenía Veinte años y también quien era por la portadora de dicho bebé.
- Damon, Amaris lo sabe? - Enarcó una ceja.
- No, se lo diré cuando salga del hospital - dije.
- Eso espero - Suspiró - Y enhorabuena, se que no te agrada la madre, pero también se estas feliz de que ese bebé lleve tu sangre.
Nos sumimos en un silencio sepulcral, esperando a los demás, el término primero su cigarrillo tirando la colilla al piso y terminó por aplastarla.
— Quiero decir algo — El comentario de Mael atrajo toda mi atención.
— Adelante — dije mientras le daba una calada al cigarrillo.
— Quiero que jures que a pesar de todo lo que pasó y está pasando, tengas la valentía de llenar ese bebé de amor, aunque no lo tengas — Tose — y sabes que siempre podrás contar conmigo y con Dante, porque somos como hermanos, Mon sang.
»Mon sang: Mi sangre«
Asentí dandole a entender que haría todo lo que tuviera en mis manos para hacer a ese niño feliz.
Los minutos se hacían eternos, hasta que porfin vi salir a las cuatro personas del hospital.
Era algo cómico ver a Dante en ese tiempo de momentos, siempre se ha mantenido serio, dando a entender que no es hombre de payasadas.
Pero con Mael de por medio, eso era algo casi imposible de ser.Mael y Dante se van conmigo, mientras los otros se van con Azael.
Ayer había tenido una discusión con Magnus, cada vez me amenazaba con contarle la verdad a Amaris y eso me sacaba de casillas.
Mael encendió la estero y puso la lista A.W que como ninguno sabía tenía las canciones que más le gustaban a AmarisLa canción My blood hizo presencia.
Esa canción también la tenía en mi lista de favoritos, era como si hubiera sido creada para mí, Dante y Mael.
Ellos eran mis hermanos de otra madre, pero siempre sería como si fueran hermanos míos de sangre.El resto del camino había estado en silencio, lo único que se escuchaba era la canción, mientras Mael la cantaba sin voz.
Yo esperaba la pronta recuperación de Amaris, quería contarle lo antes posible, ya me estaba quemando por dentro de no contarselo y esperaba que no reaccionara tan mal.
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No tengo nada por decirles.
Aunque estaré avisando ya que escribiré otra historia!!Me ha encantado el mundo de escribir y ojalá ambas historias tengan mucho apoyo.
No olvidéis votar y comentar.
Os quiero, Cuidaos!!! ♥️
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Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]
Teen FictionAmaris una chica con un pasado deprimente, conoce a Damon un chico con un pasado del que no habla, ambos se siente atraídos física y mentalmente, parecen ser de mismos polos, pero cada uno sabe que esconden secretos el uno al otro, y tendrán que sac...