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Amaris

Aguantarme la maldita cantaleta que había armado Paul en la sala, con los guardas y Hanna encima no era lo planeado.

Estaba histérico por las perforaciones.
¿Si tenía tatuajes porque no una perforación?.

Claro, honrar el apellido Wells.

No se nos conocía por llevar marcas en la piel, jamás me he puesto algo que deje ver mis tatuajes, eso daría mucho de que hablar sobre mis padres y realmente no quiero eso.

Siempre había he sido precavida a la hora de hacerme algo en el cuerpo.

— DEBES APRENDER A HONRAR EL APELLIDO WELLS! — Espeta Paul.

— ¡Si el apellido Wells se trata en ser una aburrido de mierda, entonces para que honrarlo! — grito — mira Paul, no quiero seguir discutiendo, he honrado el apellido por mucho tiempo, dejaré que hagas esa maldita reunión en mi cumpleaños número Dieciocho, pero te diré una cosa, el día que cumpla la mayoría de edad, no podrás tocar el tema de "honrar" haremos nuestras celebraciones y si, también nuestras tradiciones, pero ya me cansé de que controles mi vida, haciéndola pasar por "honor".

Camino hasta las escaleras dejando a Paul con las palabras en la boca.
Pero ya estaba harta de que todo lo quisiera controlar con la excusa de que es para honrar a los Wells.

Amaba a mis padres, si.
Demasiado para describirlo, pero ellos jamás controlaron mi vida como lo está haciendo Paul en este momento, me siento agobiada.

Subo a la segunda planta y me encierro en mi habitación de un portazo.

Tendría que buscar mil y un formas para que Paul dejara de hacer lo que estaba haciendo.

Varios minutos después entra Hanna con una mesita llena de comida.

— Hola pequeña, que tal estás? — me pregunta.

Ella es una de las pocas personas que le he confiado mi vida, ha trabajado tanto para nosotros que se ha ganado el cariño de todos.

— No muy bien, odio que Paul haga esto — Suelto.

Mis ojos se llenan de lágrimas, por la decepción, la desilución, en pocas palabras.

POR TODO.

Paul había prometido que no me juzgaria y diría cosas, pero ahora es totalmente lo contrario, puede que la muerte de mamá no le hiciera bien, pero no siempre podía comportarse como un auténtico gilipollas.

Mis lágrimas no se limitan y empiezo a sollozar.
Hanna se sienta a mi lado y me abraza.
Posa mi cabeza en su hombro y me acaricia la mejilla con sus nudillos.

— Mi pequeña debes entenderlo, Paul quiere lo mejor para ti — Susurra.

— Pero no siempre tiene porqué controlarlo todo — Se me corta la voz — No tiene que hacerme sentir como lo hizo hoy.

Sollozo en el hombro de Hanna.
Ella me ha visto varias ocasiones al borde de perderme.
Ella es mi luz en la oscuridad, pero ahora tengo una segunda Luz.

Damon.

El es mi segunda luz para no perderme, se que estará pase lo que pase protegiendome hoy lo demostró y puedo decir que estoy completamente enamorada de él.

No me gusta mostrar mis facetas débiles, pero hay algo en el que hace que me importe una mierda como me vea.
Siempre mira mis ojos, es como si mis ojos le dijeran mis estados de ánimo, preocupaciones.

— Pequeña come — susurra Hanna

Niego con la cabeza, todavía estoy llena.
Aparte no tengo ánimos para comer algo o pensar en otra cosa que no sea la discusión con Paul.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora