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Damon

Tenía una nueva tarea, luego de hablar con Paul había quedado de que estaría vigilando a Amaris desde cerca, debía mirar quien la miraba al pasar, quien hacía mala cara o cosas parecidas.
En este momento no podíamos confiar en nadie.
La vida de Amaris estaba en riesgo y no podía dejar que le pasara algo.
No me lo perdonaría, ella se ha vuelto parte de mi vida y no puedo volver a perderla así, no en manos de un maldito asesino.

La alarma suena y me levanto rápidamente, me baño, me visto y bajo a la cocina para desayunar.
Como siempre mi madre está allí sentada, comiendo fruta picada.
Magnus leyendo el periódico y azael atragantandose con un pedazo de no se que.

Martín es el último en aparecer saluda y todo el mundo le devuelve el saludo, excepto yo.
Después de enterarme del engaño que le está a haciendo a mamá en nuestra propia casa era el colmo.
Mi madre por muy fuerte que fuera, sabía que el era un punto débil para ella, era como un daga en el corazón que se habria cada vez que el la engañaba.

— Estoy saludando — Exclamó Martín.

— Y yo no, así que ahorrate tus mariconadas — dije poniéndome de pie y sali seguido de Azael.

No sé porque coño no llevaba su camioneta al instituto, pero hoy no quería pelear, quería estar en son de paz.
Todo el camino Azael se la paso haciendo chistes muy malos, tantos que estaba considerando la idea de tirarme de la camioneta.

Al llegar al instituto deje mi coche donde siempre y espere a Amaris, después de unos minutos ya no me encontraba yo solo esperándola, había llegado Samantha, Johan, Mael y Dante.

A los minutos llegó el Toyota Supra MK IV 1994 que poseía amaris como auto, no quería admitirlo pero me fascinaba su auto y su color.
Detrás de este venían dos camionetas negras de la cual salieron 6 hombres por camioneta.
Bien doce hombres cubriendo las espalda de Amaris.
Serían trece contándome porque no dejaría que alguien la lastimara, eso sería sobre mi cadáver.

La mañana transcurre en eso, entraba a las clases y cada que salía iba directo a dónde ella se encontraba.

— y por eso habrá esa gala — dijo Samantha.

— Vale... Y cuanto tiempo tenemos para eso — pregunto Amaris mientras yo le pasaba un brazo por sus hombros.

— Bastante, así que por ahora podemos seguir relajados — Dijo Johan.

Mi móvil vibró, lo saqué sin pensarlo, podía ser algún mensaje de Paul o algo parecido, pero todo se fue a la basura cuando el nombre de Vanessa era el que se iluminaba en la pantalla.

Vanessa: Hoy es la ecografía, debes llegar temprano Damon.

Damon: Ok.... Donde y a qué hora

Vanessa: En el hospital central, a las tres.

Damon: Ok.

Guardo nuevamente mi móvil en el bolsillo y la mirada de todos está sobre mi.

— ¿Que? — dije enarcando una ceja.

— Tienes cara de mamón, que pasa? — pregunta Samantha.

Genial, la mini charla con Vanessa ya me puso cara de mal humor.

— Nada, solo algo preocupado — miento.

— Deja de preocuparte, tengo la suficiente protección — Amaris dejo un beso corto en el inicio de mis labios.

— Estaré más tranquilo cuando esa persona este tras la rejas — finjo tos — O muerto.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora