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Amaris

Horas y horas tratando de buscar el camino de regreso a la casa y nada, no encontramos nada.

— Caminata de media noche — Dijo Mael — deberíamos llamarlo perdidos a media noche.

No podía creer que no supieran como volver, ya me dolían las malditas piernas.

— Oigan, paremos ya, me duele todo — dijo Samantha sentandose en el piso.

— Damon como es posible que ninguno de los dos no sepan cómo volver? — pregunté.

— El camino lo perdí después de habernos metido por el pequeño bosque, luego salir por puto un puente y después correr como locos — se encogió de hombros.

Voltee a mirar a Azael y el levanto las manos.

— Yo estoy igual de perdido que el — señaló a Damon.

— Yo nunca había venido y Mael no presta atención a los caminos — Bufa Dante

Estábamos perdidos.
Azael se sentó al lado de Samantha y Damon hizo lo mismo conmigo arrecostandome en su pecho.

— Deberíamos esperar hasta que amanezca, solo falta una hora — Dijo Mael.

Y esperen.

UNA HORA?

Me imagino la cara que debo tener ya que me Mael se parte de risa.

— Si Amaris, llevamos toda la maldita noche buscando la puta casa — Suspiró Mael — que tal si no tomamos una foto.

No estaba hablando enserio.

— Vamos, no siempre nos perdemos y podemos tomarnos fotos con el amanecer — dijo encogiendose de hombros.

Johan y Azael de levantaron, seguidos de Dante y Samantha.

— Bien — dije poniéndome de pie y largandole mi mano a Damon.

La tomo y se puso de pie.

Acomodamos el celular de Mael, apoyándolo en una roca mientras nosotros nos acomodabamos.

Johan termino en los hombros de mael, yo estaba encima de la espalda de Damon y Samantha estaba igual con azael, Dante prefirió no subir a nadie.

— Por el mejor cumpleaños de la vida — levanté uno de mis brazos en dirección a la cámara.

La foto quedó genial.

Horas después volvimos a empezar a caminar y la más fácil fue tomar el camino del mar como guía.

Que realmente nos sirvió muchísimo porque cuando nos dimos cuenta estábamos parados detrás de la casa.

— Dios mio si! — Exclamó Samantha corriendo dentro de la casa.

— Dios mío no! — La cara de Mael nos alertó a todos.

Entramos y la casa estaba patas arriba.

Alguien había entrado a robar.

Revisamos todo, pero lo raro era que no se habían llevado absolutamente nada.

Entre a la cocina la mayoría de los cuchillos estaban encima de la encimera excepto por uno, que estaba clavado encima de un papel.

Lo retire y todos se posaron detrás de mi.
Abrí el papel y mis ojos automáticamente se llenaron de lágrimas, no escuchaba nada alrededor, mis piernas comenzaron a fallarme y de un momento a otro caí  rodillas al piso y puse ambas manos en mi boca para callar el grito que amenazaba con salir.

Todos hicieron un círculo a mi alrededor, pero no podía detallar bien nada, veía como movían sus labios a la hora de hablarme pero no entendía nada, no escuchaba nada, era como si estuviera en un mundo donde no pudiera escuchar ni sentir nada.

Damon me arranco el papel de las manos y lo leyó, levanto su mirada dirigiendola a Samantha y ella no dudo en tomarlo y leerlo.

Lo rompió y lo tiró, se sentó a mi lado y comenzó a acariciarme la cabeza, me daba abrazos y besos en la cara.
Mire mis manos que teñian el rojo sangre de no se que cosa.

Los demás se miraban unos a otros sin saber que hacer.
Sabía que no estaría en paz.

Tanto tiempo de tranquilidad no daba buena espina.
Vendrían por mi, me harán daño.

Y no podré evitarlo.

Damon me cargó y me alejo del resto llevándome a la habitación.
Trataba de hablar pero yo seguía en estado de shock.

Intento hacerme reaccionar, dandome palmadas en la cara, pero no era suficiente.

— Ils vont me tuer — Susurre.

»Ils vont me tuer: Me matarán«

— ¿Que? — sabía que no me entendía.

Tenía esa costumbre, cuando algo me preocupaba o algo me asustaba habla en el idioma natal de mi padres.

— Ils vont me tuer, ils vont verser mon sang, ils vont — comencé a decir una y otra vez.

»Ils vont me tuer, ils vont verser mon sang, ils vont: Me matarán, derramarán mi sangre, lo harán.«

— Amaris en español, no estoy para pensar en francés — frunció su ceño

Seguí diciendo lo mismo por unos segundos más.
El cogió y me sarandeo.

— ¡Samantha! — gritó y la puerta se abrió de golpe.

— Que pasa — pregunto mirándome y mirándolo.

— Me puedes decir que mierda esta diciendo, no estoy para pensar en francés y tampoco se mucho! — dijo mientras se pasaba las manos por el cabello y daba vueltas en círculo por la habitación.

Por mi parte seguía repitiendo una y otra vez mis palabras.
Los ojos de Samantha se aguaron y se acercó al oido de Damon.

Le dijo algo y el abrió sus ojos como platos y me volteo a mirar.
Se sentó a mi lado y me abrazo rodeandome con brazos y piernas encima de la cama.

Samantha abandono la habitación y cerró la puerta a su paso.

El beso mi cabeza y me acarició los brazos y el cabello mientras sentía su respiración en la parte trasera de mi cuello.

— No te harán daño — Dijo — No dejaré que te tocan ni un pelo.

Sus palabras me tranquilizaban porque sabía que sería así, el sería ese caballero de armadura plateada.
Sería la persona que andaría en frente de mi, cubriendome con escudo y espada de cualquier persona que quisiera lastimarme.

— Y si llegan a intentarlo — Tomó aire — Los mataré.

Y manos estaban temblando mientras Damon trataba de calmarme.
No podía olvidar lo que había escrito en ese papel con sangre, sería muy difícil olvidarlo.

sabía que todos afuera estarían hablando de lo mismo.
Ahora corría más peligro la amenaza había sido clara desde que ví el cuchillo clavado en el papel que tenía escrito....

Amaris.

**********
Nota autora:

Cómo siempre no todo puede ser color de rosa.

¿Cómo encontraron donde estaba Amaris?
Y la pregunta del millón
¿Quien será el asesino?

Tendremos que verlo en los siguientes capítulos.

Espero y hayan disfrutado al máximo este capítulo, como yo disfruté escribirlo.

Sin más que decir, nos vemos en la siguiente actualización.

No olviden votar y comentar.

Os quiero, Cuidaos!!! ♥️

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora