Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]

36

Damon

Lleve a Amaris a nuestra habitación en un camino de besos.
Entramos a la habitación de huéspedes.
Me agache y ella hablo.

- Que hac... - la interrumpí cuando la tome por detrás de las rodillas y la alce colocándola en uno de mis hombros.

La deje caer en la cama, mientras le besaba el cuello iba subiendo su camiseta, al quitársela por completo hice lo mismo con su leggins.

Su ropa interior estaba volviendome loco, un conjunto de encaje color negro.

Le quite la parte de arriba, la bese mientras masajeaba sus pechos con mis manos.

Escucharla gemir era el sonido más exquisito que existe en el universo.

Después de escuchar gemir a tantas chicas el sonido de Amaris es mi favorito.

No puedo creer que enserio pensaras eso.

La volví a besar, sentía las manos de Amaris en la parte baja de mi camiseta, me levanté y le ayude a sacarla.

Entonces recordé que en el refrigerador ví un envase de chocolate derretido.

Tendremos que comprarle uno nuevo a Mael, para que no se enoje.

Me levanté y me encamine a la puerta de la habitación, entonces ella hablo.

- A dónde vas - dijo sentada en la orilla de la cama.

Se ve realmente sexy solamente en bragas, podía sentir como se me ponía duro debajo de mi pantalón.

- Ya verás - dije saliendo de la habitación a toda velocidad.

Baje las escaleras corriendo como un niño pequeño.

Me frene en seco cuando una de las gemelas estaba parada en la encimera comiéndose el chocolate.

Mierda.

Me acerque a paso vacilante.
Volteo a verme y en el momento supe que se trataba de Rebeka, todavía no se había quitado el perfecto delineado de sus ojos.

- ¿Damon? ¿Que pasa? - dijo mirándome de arriba a abajo.

Esos ojos color azul como el mar, eran cautivadores, ahora que la detallaba bien, me había percatado de que era una niña muy linda.

- Quería pedirte un favor - dije sobándome la nuca.

- Ah si?, Que pasa? - dijo ella girando completamente para verme.

- Quería pedirte que si me regalabas ese embase de chocolate - le señale el bote que tenía en su manos.

- Es mi chocolate, porque tendría que regalartelo? - Soltó.

Estoy perdiendo la cordura, Amaris debe estar volviéndose loca esperándome.

- Mañana te compraré lo que quieras - dije mientras sonreía.

- Todo lo que quiera? - dijo cerrando el bote de chocolate.

- Todo lo que pidas, te lo daré - sonreí.

- Trato hecho - esta mierda de chiste me saldrá caro.

Me tendió el bote, se levanto y vi como desaparecía escaleras arriba.
Buque una cuchara y subí denuevo a la habitación.

Cuando entre Amaris estaba completamente desnuda, sentada a lo largo de la cama con una pierna encima de la otra y sus brazos a ambos lados en la parte trasera.

Dios mío, está mujer enserio va a volverme loco.

Voy acercandome mientras abro el bote de chocolate, ella se a dado de cuenta de que lo traigo en las manos y se lame los labios.