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Damon

Sabía que Amaris me estaba mintiendo, solo con tocarle el muslo y se había quejado, debía tener algun moretón o algo para que le doliera al punto de quejarse.

Cuando baje detrás de ella vi como estaba hablando con azael, el solo le dijo algo, ella asintió y se fue.

Estúpido traidor.

- Que pasa - pregunto el con ojos de cachorrito.

- A dónde fue Amaris - le pregunte y el jugaba con sus dedos.

- No lo sé, solo se fue - dicho esto sabía que decía la verdad su rostro no demandaba ningún rastro de mentira.

Salí de la casa en dirección a la de Amaris.

Fui a la parte de la cocina y como siempre la puerta estaba abierta.

Realmente necesito hablar con la ama de llaves.
Subí a la habitación de Amaris y al escuchar la ducha sabía que estaba en ella.
Decidí esconderme de nuevo detrás del espejo y esperar a que ella saliera, necesitaba verle los muslos de una forma u otra.

Cuando salió tenía una toalla en su cabeza y otra en su cuerpo.
Cuando se quitó la toalla del cuerpo estaba en bragas, pero lo que llamo toda mi atención era las cicatrices en sus muslos.

Esas no podían ser....

Amaris no sería capaz de tal cosa...

Entonces recordé lo que me dijo Samantha
-No le quites los ojos de encima, no sabes de lo que ella es capaz - y con eso concluí que Amaris si era capaz de tentar contra su vida.

Sus muslos estaban llenos de cicatrices de cortadas.

- Sal de ahí Damon - mierda, no sé cómo se había dado cuenta pero lo hizo.

- Como sabías que estaba aquí? - dije saliendo detrás de su enorme espejo.

- sabía que no ibas a descansar hasta saber que tenía en mis muslos - realmente esta chica había empezado a conocerme mejor que ni yo mismo.

- Vale... Por tema aparte - dije y ella me miró con una ceja enarcada - Me puedes explicar porque tienes un montón de cortadas en tus putos muslos - ella sabía que esta vez no podría ocultarmelo tendría que contarlo ahora, así que terminó de vestirse y hablo.

- Esto empezó tiempo después de que encontrara a mi padre colgado en esta misma habitación - al decir eso a ella se le cristalizaron sus ojos y yo me tense.
- No sabía que a una persona le podía doler tanto una perdida, yo quería sentir dolor, pero no ese, quería sentir un dolor que no fuera por la muerte de mi padre, así que ahí fue cuando empeze, primero fue quitarme mi cabello con mis propias manos, lo jalaba tan duro que me quitaba mechones - ella cada que decía una palabra sus lágrimas bajaban

» luego empeze a cortarme en mis piernas, brazos, estómago, me hacía tantas cortadas que tenía que usar ropa acorde a mi cuerpo y larga, no podía darme el lujo de ir por la calle mostrando mi cuerpo marcado.
Una vez estaba en el baño encerrada, había entrado a la ducha y hice una cortada muy profunda, tan profunda fue que termine en el hospital.
Estuve inconsiente mucho rato, tanto que cuando me desperté tenía una de mis manos esposada, no podía levantarme o ir al baño sola, tenía que ir una enfermera conmigo.
Después de eso empeze a tentar contra mi vida mas seguido, quería ir con mi padre, nunca fui la niña de mamá, siempre fui la de papá, intentaba muchas cosas, como tomarme pastillas a punto que llegue a casi aventarme a un camión.
Luego de tanto, mi madre decidio que debía ir a un psicólogo.
Tanto como mi hermano, mejor amiga, mejor amigo y Stefan empeze apreciar un poco más la vida.
Stefan fue el que más me ayudó, siempre trataba de sacarme o cosas así.
Luego de la muerte de mi madre todo me invadió, Stefan sigue en el hospital, ya un poco estable, mi hermano aveces nisiquiera lo veo.
Lo que eres tú, azael, Samantha, Johan, Mael y Dante, son los que han hecho que estos días no fueran una mierda para mí.
Eso era lo que yo tanto ocultaba, lo que dije que nadie más podría conocer de mi, pero mírame, dando otra vez la manera de que puedan destruirme.
Pero confío lo suficientemente en ti y se que no lo harás.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora