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Magnus

Los problemas de Vanessa y Damon me tenían con jaqueca, escucharlo llegar a pelear de una vez con ella no mejoraba todo.
Escuché la puerta cerrarse de forma delicada, sabía que Vanessa se había ido, Damon no tenía la mano tan delicada para que la puerta casi no sonara.
El cerraba esa puerta y juro que podía escucharla hasta la última casa de la estúpida cuadra.

— Sabias que espiar es malo ¿verdad? —la voz de angela me saco de mis pensamientos.

— Sabias que meterte en lo que no te importa también ¿Verdad? — ella rodo los ojos y se asomo un poco para mirar.

— Vale, a quien espiamos? — Pregunto.

La tome del cabello y la aparte de la puerta.

— Ay ay, pasito idiota, eso duele — se cruzó de brazos.

— Si, ahora silencio — dije cuando escuché los pasos de alguien bajando las escaleras.

— Damon, Amaris ya está enterada? — Era mamá.

— ¡Tu mamá sabe! — dijo alarmada y agitando las manos, le puse la mano en la boca para que se callara.

— Será que puedes callarte de una puta vez — dije mirándola a los ojos.

— Oye, que me conozcas desde niña no te da derecho de tratarme como lo haces — dijo cruzandose de brazos.

— Lo hago porque eres como mi única hermana, ahora cierra el pico — ella apretó los labios con fuerza cuando volvimos a escuchar la plática que había en la sala.

— No, he querido contárselo pero no encuentro las palabras correctas ni el momento adecuado — Respondió el.

— Ya has pedido consejo? — Pregunto mamá.

— Si y esa persona me dijo que se lo contara, que era mejor decírselo yo a que se lo dijera alguien más.

Diriji mi mirada a Ángela, ella había sido la del estúpido consejo.

— ¿Enserio? — Inquiri — Todavía quieres algo con el y eso es lo que vas a usar para destruir su relación con la chica esa

Ella se encogió de hombros.

— Tengo que usar cada cosa para ayudarme — Exclamó

— Déjalo en paz, si yo te veo como una hermana imagínate el, jamás te verá como algo más — Solté.

— Vale la pena intentar — Dijo

— Y perder la dignidad — Termine.

Puso los ojos en blanco y seguimos pegando oreja para seguir escuchando.
En eso alguien se aclara la garganta detrás de nosotros y ambos volteamos algo asustados, pero luego me relajo al ver a la persona parada detrás.

— ¿Saben que espiar es malo verdad? — Azael se cruzó de brazos.

— Eso mismo le dije a él — Angela me señaló con la cabeza.

— Pero que cosa con ustedes dos, serán que se pueden callar — dije tratando de seguir escuchando.

— A quien espían — pregunto azael.

— Al joven Damon y la señora Dorotea —  Respondió Angela

— Y de que hablan — Enarcó una ceja

— Sobre decirle a la señorita Wells sobre el embarazo de la señorita Velázquez — Dijo ella

— Uy, yo quiero ver — se pegó a nosotros mirando por la puerta.

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora