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Damon

No tenía planeado darle ese beso, pero joder que bien se sintió tocar su piel, algo en mi se encendió, mi corazón se aceleró.
Debo admitir que esa chica a empezado a meterse en mi cabeza, desde esa carrera la tengo dando y dando vueltas.

Pasan las horas y no he podido concentrarme en nada lo único que tengo en la mente es Amaris, y ese hombre que estaba adentro de su casa anoche.

No sé cómo he podido dejar que se escapara, pero ese golpeó me distrajo tan solo un momento y con eso tuvo tiempo suficiente para salir corriendo.

Maldito cobarde.

Ya después de clases salgo y me encuentro con Azael en nuestro punto, habíamos quedado de siempre encontrarnos en un punto específico, busco a Amaris con la mirada y en eso Azael habla.

- Está con Samantha - me dice como si el muy maldito leyera mi mente y yo hago un gesto de como Nono yo no la estoy buscando y el solo pone cara de culo.

Debo decir que verle esa cara me da mucha risa.

- Haciendo que cosa? - le digo tratando de sonar lo más simple posible.
Lo cual no me sale.

- Creo que dijeron que iban a ver a un tal Stefan y a la madre de Amaris - y ese nombre, lo recuerdo, Amaris hablo de un tal Stefan creo que es el hermano mayor de Samantha y por lo que tengo entendido está grave.
- Vamos al hospital - es lo único que logró decir antes de subirme a la camioneta.

Al llegar al hospital entro a toda velocidad, las enfermeras nos miran como si quisieran comernos vivos, ventaja de los Sellers.

Pregunto por la madre de Amaris y me dan el número de la habitación, subimos rápidamente para encontrarme a una Amaris totalmente diferente.

Una destruida, tirada en suelo, sus ojitos llenos de esas venenosas lágrimas, sus mejillas, frente y nariz rojos de tanto llorar.

Veo a su hermano mirando a su madre, con lágrimas en sus ojos, Samantha está tratando de controlar a Amaris,pero es en vano, ella no para de llorar.
Me acerco a Samantha y ella me dice.

- Su madre falleció hace unos minutos - su voz se rompe, y entonces captó la situación, por eso la pantalla no tenía latidos.

- Hace cuánto - le pregunto en tono seco.
- 5 minutos - me dice, demonios debí manejar más rápido.

Azael se sienta al lado de Amaris y ella instintivamente lo abraza, es increíble el lazo que ellos formaron en tan poco tiempo.

El hermano de Amaris abandona la habitación, y quedamos solamente los tres.

Azael levanta la mirada y me hace un señal de que me siente con ella, antes de hacerlo me susurra algo en el oído:

- Iré a buscar a Paul - por lo que imagino ese debe ser el nombre del hermano de Amaris.

Yo asiento y el sale de la habitación a toda velocidad.

Me siento al lado de Amaris apoyando mi espalda en la silla y la acercó, ella se sienta en medio de mis piernas y yo la acercó a mi pecho, ella sin protestar se arrecuesta, y la dejo llorar hasta que se calme.

Pasa una hora desde que Amaris sé a quedado dormida, así que lo único que pienso es en sacarla del hospital, la tomo por debajo de las rodillas y espalda y la alzó, ella a un dormida trata de buscar acomodo en mi pecho.

Tomo el ascensor y me encuentro con Samantha.

- No la dejes sola, ten tus ojos encima de ella, no sabes de lo que es capaz - y se va.

¿Acaso Amaris intentaría tentar contra su vida?

No lo sé, y tampoco quiero averiguarlo. Llegamos a la planta baja y salgo del hospital con la mirada de todas las enfermeras encima.

Abro la puerta trasera de la camioneta y acuesto a Amaris, cuando la cierro y me volteo veo a azael acercarse.

- Paul se ha ido a casa - y yo asiento le hago señal de que suba a la camioneta y yo me dirijo a la parte del conductor.

Cuando vamos a la mitad del trayecto Amaris despierta.

Sus ojitos hinchados de tanto llorar.
Su carita roja.

Iba a decir algo pero ella hablo antes.

— Aza puedes pasarte aqui atrás? — dice en tono triste, y esperen un momento acaba de decirle ¿Aza? Pero que mierda.

— Claro — le responde el mirándome de mala gana, sabe que e reaccionado mal por ese sobrenombre.

La verdad no se hacia donde ir, quiero llevar a Amaris a un lugar donde se divierta, pero somos no más tres y no creo que lo haga.

Así que por mi preferencia no vamos a casa.

Cuando cruzamos la puerta principal, Magnus nos resive con una sonrisa de oreja a oreja y entonces lo recuerdo.

LA MALDITA CARRERA.

no creo que Amaris quiera competir.

— Lista para nuestro enfrentamiento — dice con ese tono de psicópata que tiene.

— No creo que Amaris quiera competi.... — le digo, pero ella me interrumpe.

— En realidad, estaba esperando a que me lo recordara — dice ella y continua —  Espera a que me ponga algo más cómodo y saque mi coche — termina, Magnus le sonríe y le guiña un ojo.

Ella sale por la puerta principal y yo me enfrentó a él.

— Pero que coño te pasa, no viste su rostro, viene destrozada y tú quieres competir no más para dejar en claro que eres mejor — Bufó mientras me acerco a el.

— No es mi culpa que preciso hoy falleciera la madre de Amaris — y yo quedo en shock, ¿Cómo coño sabe?, Maldito apellido con el que puedes averiguar cualquier cosa.

— ¡Eres un hijo de puta! — le gritó y justo cuando le iba a dar un golpe se mete en medio Azael.

— No debemos pelear, mira Magnus, si ella te gana, aceptarás la puta derrota, ya le ganó a un Sellers, cuánto le costará ganarle a otro? — le dice y eso le causa mucha risa.

Cuando el está apunto de hablar, Amaris entra por la puerta principal, lleva puesto, un short como el de el día que nos enfrentamos, una camisa de tiras negra, unos convers negros y se a recogido el cabello en una cola alta.
Me quedo embobado mirandola.

Tengo que confesar ella está empezando a gustarme.

*****
Ya saben, sigan leyendo que.
Los quieroooo

Este si es mi cuento de hadas [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora