Un amor de doble filo

Capitulo 26

-¿Qué sugieres qué hagamos? -preguntó la interlocutora- ¿Esperamos a que salga del "parvulario" o vamos nosotros mismos a buscarla?

-Ni una cosa ni la otra, por ahora... -aclaró el hombre de pelo largo- Dejemos que se lleve una sorpresa antes...

-¿Eh? ¿Qué quieres decir, Gin? -preguntó extrañada la mujer que había al otro lado del teléfono.

-Le acabo de mandar un regalo a Sherry... Un regalo de "reencuentro"...

Una sonrisa de soslayo llena de frialdad y maldad se esbozó en el rostro de aquel hombre vestido de negro.

Mientras tanto, alguien llamó a la puerta del aula donde estaban Shinichi y Shiho. Le dieron permiso para entrar y entró. Era un repartidor.

-Disculpen la interrupción... -se excusó el repartidor ante la mirada encuriosida de todos los estudiantes- Le traigo un recado a una tal Sherry...

Al oír semejantes palabras, tanto Shinichi como Shiho comprendieron que La Organización no andaba lejos. A Shiho le costó reaccionar, pero por fortuna Shinichi supo controlar su temor y se levantó diciendo unas palabras:

-"Sherry" es el mote que le pusimos a mi compañera, el recado es para ella... -señaló a Shiho.

Entonces el repartidor se acercó con un enorme ramo de rosas rojas hacia el pupitre de Shiho, que seguía sin reaccionar.

-Gracias -dijo Shinichi, recogiendo el ramo.

El repartidor se fue extrañado por la conducta de los dos chicos, mientras que el resto de estudiantes tampoco comprendían esa situación.

Shinichi se sentó, cogió un sobre que había entre las rosas y después de abrirlo, leyó lo que decía el papel que había en su interior.

PARA CELEBRAR NUESTRO REENCUENTRO,

TE MANDO UN RAMO DE ROSAS ROJAS,

QUE EN OTRO TIEMPO HUBIERAN SIGNIFICADO

LA PASIÓN QUE SIENTO POR TI,

AHORA SÓLO EXPRESAN MI DESEO DE VERTE LLENA DE SANGRE...

GIN

Al terminar de leer la nota, Shinichi se levantó sobresaltado, agarró a Shiho por un brazo y tirándola con fuerza, le ordenó que le siguiera. Nadie en el aula comprendía la actitud de ambos...

-¿Qué está pasando? -preguntó Shiho mientras corrían escaleras abajo.

-¡Nos han encontrado! ¡Este no es sitio seguro para ti! Será mejor que te lleve a otro lugar... -respondió Shinichi, sin dejar de correr.

-¿¡Pero a dónde!? Ellos nos van a encontrar de todos modos...

-¡Pero tenemos que intentarlo!

Shinichi y Shiho seguían corriendo cogidos de la mano. Ella no sabía a donde le llevaría el chico, pero él parecía muy decidido. De alguno modo, la seguridad y decisión de Shinichi, le daban fuerzas a Shiho para seguir hacia delante y no rendirse.