Capitulo extra 60

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Mientras Shiro observaba atento y con curiosidad lo que hacía su madre en el laboratorio, Shinichi recogía la correspondencia que había acumulada en su buzón: publicidad de unos grandes almacenes, cartas que informaban de los gastos de la casa (luz, agua, teléfono...), postales de Canadá que enviaba Yukiko aprovechando que pasaba unas semanas allí con su marido, y por último, una invitación de matrimonio. Ran Mouri y Eisuke Hondo se iban a casar en 20 días.

-¿Ran y Eisuke se van a casar? –preguntó interesada Shiho, al conocer la noticia por boca de su marido.

-Sí, eso parece... Ya era hora, ¿no crees? ^^

-Sí, la verdad es que ya llevaban mucho tiempo saliendo juntos... Fue una suerte que en el matrimonio de Kazuha y Heiji le tocara el ramo a ella... ¡Quizás ese fue el empujón que les hizo dar el paso! –bromeó la chica.

-Papá... -intervino Shiro- ¿Por qué dices que ya era hora que se casaran? Sólo tienen 24 años... ¿No será más bien que vosotros os casasteis demasiado pronto? Tenías 17 años si no recuerdo mal...

-Bueno, eso es porque papá, o sea, yo, estaba muy seguro de mis sentimientos hacia tu madre, y no quise esperar más tiempo... -iba relatando Shinichi- ¿Verdad, cariño? ¬////¬

-Sí... 0////0 –afirmó Shiho, ruborizándose al recordar aquella época en que descubrió que estaba embarazada.

-Vaya... -sentenció el niño, mirando la cara de sus padres.

-Bueno, bueno... ¿Por qué no vas a bañarte, Shiro? ^^ –ordenó Shiho, para terminar con esa escena que le provocaba rubor difícil de disimular.

El niño obedeció a su madre y en pocos segundos ella y Shinichi habían quedado solos en el salón.

-Jamás imaginé que se te diera tan bien hacer de madre... -susurraba el chico acercándose por la espalda de ella- Pero ya debes saber que cuando estamos a solas te prefiero como mujer más que como madre...

En el cuello blanco, tentador y apetecible de Shiho, el chico estampó un par de besos antes de empezar a desabrocharle la bata blanca.

-Shinichi, espera... -iba diciendo ella, mientras él la tumbaba sobre el sofá- Shiro puede venir en cualquier momento... No quiero que nos vea así... 0////0

-Tranquila... -le comentó él entre beso y beso- Shiro nunca tarda menos de quince minutos en bañarse... Tiempo suficiente para que hagamos lo que quiero...

Y una vez más, las palabras y los besos de Shinichi vencieron a la sofisticada Shiho y terminaron haciendo lo que él quería, sin que Shiro se diera cuenta de nada.

Pasados los días, llegó el día del matrimonio entre Ran y Eisuke. Kogoro, muy feliz, llevaba orgulloso a su hija del brazo. Al hacerle entrega de ella a Eisuke, le dijo en tono serio y algo amenazador:

-Más te vale hacerla feliz si no quieres hacerme enfadar. ¬¬

-Tranquilo, señor, no se preocupe... Le aseguro que mi misión durante los próximos 80 o 90 años será hacer feliz a Ran...

-Papá... -intervino la futura señora Hondo- Ahora que te reconciliaste con mamá y estáis viviendo juntos de nuevo, sólo necesito a Eisuke a mi lado para ser feliz. ^^

Aclarados estos puntos, Kogoro no puso ninguna objeción para que se realizara el matrimonio, y este prosiguió de acuerdo con el patrón previsto. Una vez declarados marido y mujer, Eisuke levantó el velo de la novia y la besó como había hecho muy pocas veces en público: con deseo.

No faltaron ni aplausos, ni gramos de arroz, ni pétalos de flores a la salida de los novios. Eisuke, visiblemente colorado y algo nervioso, tampoco era capaz de disimular su enorme felicidad.

-¡Felicidades, Ran! –exclamó una chica con coleta, que había acudido acompañada de su marido, un chico moreno.

-¡Hola, Kazuha! Me alegro que tanto tú como Hattori hayáis podido venir. ^^

-Sí... Fue una suerte que a Heiji le dieran el día libre en el trabajo... Con esto de que entró a trabajar en la policía y colabora con su padre, pensé que no iba a tener un momento de respiro... Por suerte me equivoqué. ^^

-Te entiendo muy bien, Kazuha... -expresó Ran- Desde que Eisuke entró en la CIA nos cuesta mucho hacer planes... De hecho, tuvimos que cambiar la fecha de la boda porque el día que elegimos le coincidió con un viaje que tenía que hacer a EEUU...

-¿¡Por qué os quejáis, mujercitas!? –exclamó la voz de una chica por detrás- ¿Acaso no es eso lo que más os gusta de vuestros mariditos? Que sean valientes, inteligentes, que estén del lado de la justicia y capturen a quienes van en contra de ella...

-Tienes razón, Sonoko. ^^ -añadió Ran, tras oír las palabras de su amiga- Bueno, ¿y dónde está Makoto? No lo veo...

-Ni lo verás por aquí... Hoy tenía un combate... ¡Me ha prometido que si lo gana nos casaremos el próximo mes! –expresó la chica del cabello claro, eufórica.

-¡Qué bien Sonoko! –se alegró la novia del día- Estoy segura de que va a ganar... ¡Makoto nunca pierde! ^^

Las palabras de Ran fueron una predicción muy acertada, y en un mes hubo otra boda: la de Sonoko y Makoto, que por petición de ella, se celebró durante un crucero que iba del puerto de Yokohama a Tokio.

Disfrutando de la vista del mar, Shinichi y Shiho se besaban en una de las cubiertas del barco, mientras tenían el atardecer dorado a sus espaldas. La felicidad de todos parecía no tener límite.

Un amor de doble filoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora