Capitulo 50

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Desde lo alto de la escalera, Shiho enseguida vio a Shinichi que la estaba esperando al pie de la misma. Con un traje de pantalón negro, chaqueta blanca y corbata del mismo color que el pantalón. El chico se estaba terminando de componer la corbata, pero apenas notó la presencia de ella en la parte superior de la escalera, dejó inmediatamente lo que estaba haciendo y se apresuró en subir para bajarla de su brazo elegantemente.

-Estás muy guapa... -le dijo él, sin dejar de observarla maravillado.

-Claro, no puede ser de otra manera. -alegó ella con humor y una sonrisa, que hizo que el chico se sonrojara.

Bajaron las escaleras con elegancia, tacto y hermosura, y al llegar abajo ella le colocó como corresponía la corbata a un ruborizado Shinichi. Salieron a fuera, donde un taxi que había pedido Shinichi les estaba esperando para llevarlos a uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

Entre calles transitadas, luces encendidas por toda la ciudad, gente que caminaba por los alrededores, paradas y arrancadas del taxi mientras circulaba, las manos de ambos agarradas, en silencio porque no hacían falta palabras. Las miradas bastaban para comprender que estaban felices. Sentados en el asiento trasero del taxi y completamente en silencio, atravesaron la ciudad y llegaron al Meitan Hotel, cuyo restaurante especializado en cocina extranjera era bastante conocido y alabado.
El chico ayudó a Shiho a que se bajara del taxi, ofreciéndole su mano para que la tomara. Ella la aceptó encantada. Caminaron del brazo hasta llegar a la entrada del hotel. Un empleado les dio la bienvenida amablemente y pasaron al interior del edificio. Mientras pasaban por delante de la recepción para ir al ascensor, Shinichi se paró un segundo.

-¿Qué pasa? -preguntó la chica, extrañada.

-Quizás debería reservar habitación ahora, ¿no?

-¿Cómo? -expresó su incomprensión la chica.

-¿Vas a dejarme sin postre hasta que lleguemos a casa?

-¡Explícate, Shinichi! No te entiendo... ¬ ¬

-Pues que si reservo habitación para hacerte el amor apenas hayamos terminado con la cena, a modo de postre... ¬////¬

Shiho le miró ruborizadísima y exclamó:

-¿¡Pero en qué estás pensando!? ¿Acaso estás desesperado? O////O ¡Por supuesto que si tiene que suceder algo será en casa! Las cosas tan bien preparadas no me emocionan tanto... Pierden parte de su encanto... ¬////¬

Dichas estas palabras, ella siguió hasta llegar al ascensor. Esperó a que se abriera y entró en él. El chico, que la había estado mirando fijamente mientras caminaba, al tiempo que le examinaba la figura que le marcaba el vestido, se había quedado pensando en lo maravillosa que era Shiho.

-¿No piensas entrar o qué? ¬////¬ -preguntó ella desde el interior del ascensor.

Él sonrió y dio un paso tras otro hacia delante hasta llegar a donde estaba Shiho.

-Debería asustarte estar sola en un ascensor conmigo... -murmuró el chico, acercando su boca a la de la chica.

Se besaron.

Un amor de doble filoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora