Un amor de doble filo

Capitulo 46

De pie sobre una silla de la cocina, Haibara estaba removiendo con un cucharón el caldo que estaba preparando para cenar. Shinichi estaba de pie a su lado y le servía de mozo. Le iba a buscar todos los ingredientes que necesitaba para que ella no tuviera que subir y bajar cada vez que necesitaba algo. La cena transcurrió sin contratiempos. Llegó la hora de ir a dormir. Ambos subían las escaleras a pie. Haibara había logrado convencer a Shinichi para que la dejara andar en lugar de llevarla él en brazos, que aunque le gustara, tampoco quería sentirse inútil o impedida. Llegaron a lo alto de la escalera y empezaron a recorrer tranquilamente y en silencio el pasillo. Ella se detuvo delante de la puerta de la que había sido su habitación desde el comienzo y volteó el pomo para poder entrar.

-¿Qué haces? -preguntó el chico extrañado.

-Pues entrar en mi habitación... -respondió ella sin entender el porqué de aquella pregunta.

-Vaya... Y yo que creía que íbamos a dormir juntos... ¬////¬ -confesó el chico.

-¿¡Dormir juntos!? O////O -se exaltó la niña- ¡Pero tú has visto el cuerpo que tengo ahora! Creía que habías comprendido la situación... ¬////¬

-¡Por supuesto que la he comprendido! ¡He dicho "dormir"! ¿Comprendes? ¡Dormir! No he dicho nada de besarte o tocarte más de la cuenta... ¬////¬

Hubo una breve pausa y entonces Haibara prosiguió:

-Bueno, en ese caso, no veo por qué no... ^_^U

Haibara cerró la puerta y siguió caminando por el pasillo junto a un Shinichi sonriente. Se pararon frente a la puerta de la habitación de Shinichi y él abrió. Dejó que la niña entrara primero mientras él sujetaba la puerta. Ella fue a sentarse sobre la cama, mientras que Shinichi sacó su pijama de debajo su almohada. Al instante empezó a desatarse la camisa.

-¿¡Qué haces!? O////O -preguntó ruborizada y sorprendida la niña nada más ver lo que hacía.

-Pues me quito la camisa para ponerme el pijama... -respondió con total normalidad el chico.

-Ah, claro... '////' -sentenció ella, al ver que había malinterpretado la situación.

El chico se terminó de quitar la camisa, y ella fue incapaz de no ruborizarse al verle medio cuerpo desnudo. Recordó el momento en que tuvo ese pecho encima del suyo, sobre la misma cama en que ella estaba sentada en ese momento. Le gustaría repetir lo que habían hecho la noche anterior, pero sabía que con el cuerpo que tenía ahora no podían hacerlo. Entonces se medio arrepintió de la decisión que había tomado, pero se consoló pensando que dentro de once años nada les podría impedir estar juntos, y su "reencuentro" sería el estallido de un cúmulo de sentimientos y deseos reprimidos que cuando pudieran entrar en erupción serían imparables y maravillosos a la vez.