Capítulo 9: Azúcar Amargo

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Finca de Chocolate, La Ciudad.

Casi escondido en las colinas adyacentes a la cordillera de la Ciudad, estaba un enorme complejo bastante hermoso y bien decorado: calzadas, una plaza y varias piscinas; fuentes, vista a la ciudad desde lo alto de la colina y a la inmensidad de las montañas, cuyas sombras aún se podían admirar a pesar de la oscuridad de la noche.

Muchos meseros atendían a las chicas; en otra parte, había encargados de distintas parrillas donde se asaba desde carne de res, puerco, pollo, hasta verduras, similares y conexos. Algunas de las asistentes estaban reunidas alrededor de fogatas donde cocinaban malvaviscos.

Buena parte de las 128 participantes del torneo arribaban, entre ellas estaba Aurora, Carla, Alan y Brandon, quienes vieron el ambiente en extremo festivo en el amplio patio.

-Uff... La Chokis sabe como armar cotorreos... vaya, creí que solo habría chicas...

-Bueno, sería injusto que nosotras fuéramos las únicas que tenemos acompañante.

-¡Bienvenidas sean! –Decía una chica vestida de mesera quien los recibió-. ¿Trajeron sus invitaciones?

-Oh... bueno, nosotras sí, pero los chicos aquí...

-Descuida –la chica interrumpe amablemente a Aurora-, si están ustedes en la lista, debe estar indicado que tendrán "acompañantes especiales"... veamos –la chica recibe la invitación-... Sí, She-Wolf y Blazer, tienen registrada cada una a un "acompañante especial". Pasen, por favor. Solo les pido que se abstengan de tener relaciones en la alberca o en las salas lounge; las habitaciones del piso 2, ala este, son para eso. Si no cuentan con preservativos, los piden en la sala 3 dentro del inmueble. ¡Diviértanse! Mi nombre es Adriana, para cualquier cosa que necesiten. ¡Bienvenidas!

La chica se va alegremente, dejando a los 4 helados.

-... Acompañantes especiales –Brandon estaba en silencio-...

-¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡Piensa que son putos! –Se ríe sonoramente la morena-.

-Una mentada de madre hubiese estado menos ojete.

-No te quejes, Alan, tú eras el que quería venir.

-... Bueno, sí... pero no mames.

-No te preocupes, te daré tu billetote.

-¡Déjate de mamadas, Carla!

-Tengo el presentimiento de que Chocolate les dijo eso a las hostesses para que no hubiera ningún problema con las otras chicas –Brandon analiza-. De hecho, veo a algunos chicos pero se ven muy... interesantes.

-Oh, ¿te gustó alguno, Brandon?

-Muy graciosa, Aurora. Lo digo por su comportamiento, parece que no salen de ese lugar que está por ahí. También veo a unas chicas que están igual pero por allá.

-Todos ellos son escorts que son contratados por si alguna de las chicas le interesa bailar, interactuar, beber, follar o como simple adorno –habla Aleconda, quien iba llegando a la fiesta-. A Chocolate no le gusta que las chicas traigan al novio, novia, esposo, esposa o al Simp de turno porque ya ha habido algunos incidentes que ella prefiere evitarse.

-¿Eso no sería problemático?

-Chocolate contrata a profesionales, puesto que son "gente de ella" y les paga por adelantado, pero por "servicios" les da un bono; esos servicios son con estas fichas que nos da siempre –dice Aleconda, quien tenía unas 3 fichas-.

-¿Servicio es para acompañarlos?

-No, para tener sexo con ellos. Solo nos da tres porque Chocolate odia las orgías.

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