Capítulo 7: Serpentino

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...

Ishtar sonríe sin decirle nada a Viktoria, limitándose a seguir bebiendo su trago.

Entonces... ¿me vas a decir qué haces aquí?

-Voy a divertirme, Vico... ¿Tiene algo de malo?

-No, pero sí tiene de malo que me mientas.

-Para mi lo que tiene de malo es que utilices a otras personas para tus fines, Fazekas.

-¿Qué quieres decir?

-¡Vamos! Si crees que no me pongo a investigar a todos los jugadores dentro de la cancha, lo que hacen y lo que no hacen, parece que no estamos en el mismo nivel de respeto.

-Algunos tratamos de jugar limpio.

-Usar a una chica que muy apenas acaba de salir de la preparatoria como tu campeona... ¿Sabías que van a hacerla pedazos?

-Es muy fuerte, y sabes que mi criterio conforme a la fortaleza de las personas es muy bueno.

-Era, yo diría que ya ha cambiado. Sigues igual de hermosa que siempre, pero a pesar de no aparentarlo físicamente, has envejecido; mentalmente, al menos. Extraño a la vieja Bathory, tanto la que castigaba a hombres y mujeres en la lona, hasta que su sangre manchara su blanca piel... como esa legendaria condesa húngara; incluso, yéndonos más atrás, a esa teniente coronel del Sector Antiterrorista que torturaba jihadistas y enemigos del estado con una crueldad indecible.

-Y tú sigues siendo esa sociópata que utiliza el Mossad como perro Rottweiler.

-Soy un soldado, y mi deber es aplastar a los enemigos del estado y a los que atenten contra la seguridad mundial. Gracias a todo lo que pude investigar en mi anterior misión, estoy segura de que Chocolate controla desde este lugar a cientos o miles de empresas alrededor del mundo, cubriendo con sus tentáculos a varias partes del mundo. Muchos países han querido detenerla, pero su carisma, su casi inagotable fuente de ingresos, y sus recursos, han hecho que grandes le permitan hacer y deshacer. Incluso, Alemania, Italia, España, Portugal, China, Japón, la India, Turquía, Serbia, Croacia y Arabia Saudita decidieron rendirse y dejar que ella siguiera operando.

-No es que se hayan rendido, si queremos domar a la Serpiente, debemos amansarla.

-La forma de amansarla es cortando su cabeza: "... Y Yahvé matará con su espada al Leviatán, y su carne será servida como banquete para el honrado en tiempo por venir, y su piel se usará para cubrir la tienda donde ocurrirá el banquete".

-No soy judía, no me vengas con textos rabínicos.

-Pero eres católica, en la Biblia mencionan al Leviatán también.

-Una mala católica, debería decir.

-Descuida, tampoco es que siga los dictámenes de mi religión al pié de la letra.

-Y para cortar al Leviatán también tienes que matar a inocentes, supongo.

-Morir pocos para salvar a millones. Un trato justo, ¿no?

-Un mal sigue siendo un mal...

Esther Cohen suspira ante esto.

-Sí, definitivamente te has vuelto más blanda. ¿Deseas algo de mí? ¿Sabes? Me quedé con ganas de enfrentarme a ti este día; tal vez podamos arreglar nuestros problemas con un combate.

-Gracias, pero no tengo el ánimo ni el tiempo. Vine aquí para decirte que esto no trata de sacar del camino a Cholokashvili, sino tratar de desmenuzar toda esa telaraña que ha sido tejida por toda la Ciudad, telaraña que ha hecho que varias arañas comiencen a emigrar hacia otras partes del mundo.

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