Capítulo 21: Mi Reflejo

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La Ciudad

En su oficina, Chocolate vio los dos videos de Tavoron; el original y el editado.

-... Me encanta tu iniciativa, muchacho.

-Lo que hace uno por poder sobrevivir.

-Ahora bien... ¿Me dices que era chino?

-Bueno, no soy bueno para distinguir a chinos de coreanos o japoneses, especialmente cuando hablan en español. Pero este en particular su acento se me hacía más chino que otra cosa...

-... Deja el USB aquí, muchacho. Puedes retirarte.

-Con permiso.

-Gustavo...

-¿Sí?

-Si tienes copias de esos archivos, sería genial que no los compartieras con nadie; sabes que me enteraré si lo haces.

-No se preocupe, jamás lo haría... y aprecio mucho mi vida como para sacrificarla por un video.

-Gracias, eres un amor.

-No es nada...

Tras retirarse de la oficina, Chocolate sigue hablando.

-Karadorde...

-Estoy un 80% seguro de que es chino...

-... ¿Alguna idea de quién pueda ser, Jacob?

-No lo sé, pero el problema es que puede ser cualquiera. Ya sea un apostador que se metió en líos con Sand o...

-...O uno de los patrocinadores de las chicas –continúa Chocolate-.

-¿Cuántos miembros de la Triada patrocinaron a peleadoras?

-Cinco; todos fueron eliminados –responde a Karadorde-, pero se tiene registro de que todos van de camino a su país natal.

Chocolate sentía que algo extraño pasaba, pero no sabía qué.

-Si me permite, señorita Cholokashvili –habla el africano-, es probable que ninguna de las chicas corra peligro. Lo más seguro es que le hayan dicho que se suicide.

-Karadorde... no hagas nada brusco, solo que se mantenga la vigilancia con los chinos que aún estén aquí...

-Sí, señorita.

...

En el gimnasio de Cabrera, Dragon bloqueaba distintos golpes al estilo de Kung Fu de Ming-Yue, quien atacaba rápidamente.

-Subiré el ritmo...

Los golpes eran más veloces, teniendo en la calle de la amargura a la chica.

-¡No dejaré de atacar! ¡Cúbrete!

Ahora los ataques eran cual metralla, comiéndose varios en estómago y cara, hasta que una buena patada logra derribar a Dragana.

-Ugh... no te detengas... sigue atacando.

-No, porque fuiste derribada; técnicamente ya estarías fuera de combate.

-Aún no estoy fuera de combate.

-Necesitas dejar de ser tan impetuosa, amiga mía.

-Je... no eres la primera que me lo dice –la croata se pone de pie-.

-Pero te doy crédito, mis golpes son bastante fuertes y lograste aguantar bastantes que dieron en puntos que a cualquiera lo sacaría de combate.

-Estoy acostumbrada a los golpes.

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