CAPÍTULO 36

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Capítulo 36

Luego de hacer el amor en la ducha, la pareja se bañó con mimo y dedicación, hasta quedar totalmente limpios. La complicidad entre ambos era algo que no se podía negar, y lo confirmaban las miradas embobadas que ambos se dedicaban.

Cuando terminaron de asearse, salieron de la ducha, y cada uno se dispuso a ponerse la ropa que usarían esa noche. Irina puso unas medias de color negro en sus piernas para protegerse del frio, y se enfundó en un hermoso vestido de noche en color negro, era bastante sencillo, con altura hasta las rodillas, y mangas tres cuartos, lo único que lo hacía un poco diferente era el pequeño escote que tenía la prenda en la espalda.

Una vez con el vestido puesto, calzó sus pies con unos stilettos del mismo color que el vestido, y cuando estuvo lista, puso un labial rosa suave en sus en sus labios.

Vladimir, por otro lado, se vistió con una camisa de color azul, unos jeans, y unos zapatos de gamuza en color negro.

—¿Estamos listos? — preguntó al salir del closet, mirando a Irina mirarse en el espejo. Pero se miraba fascinada por lo hermosa que estaba.

—Sí— afirmó ella, dándose una última mirada en el espejo, antes de girar y dedicarle una sonrisa a Vladimir.

—Entonces andando— le contestó él, caminando hacia la puerta de la habitación, abriéndola para ella.

—Gracias — le dijo ella, al pasar por el marco de la puerta, caminando directo hacia las escaleras.

—Estás hermosa— susurró él, caminado detrás de ella, provocando que la sonrisa en los labios de Irina se hiciera más grande.

—Tú también estás muy guapo— respondió. Él se adelantó un poco para ayudarla a bajar las escaleras— gracias.

—No agradezcas.

Cuando terminaron de bajar las escaleras, caminaron hacia la puerta de salida tomados de la mano, y al salir de la casa, se encontraron con Boris ya esperándolos.

El moreno abrió la puerta de los asientos traseros para la pareja, y una vez estuvieron dentro del auto, él se apuró en ocupar el asiento de conductor.

Irina miró por la ventana, mientras salían de la propiedad.

—Ya estamos en diciembre— susurró Irina, al mismo tiempo que tomaban carretera— y no hemos decorado la casa con luces navideñas.

Vladimir la miró de manera inmediata.

—Puedes decorar cuando quieras— expuso, tomando su mano para llevarla a sus labios, y dejar un tierno beso.

—Quiero que lo hagamos juntos— propuso ella, deseaba tener una navidad en familia lo más pronto posible.

—Cómo tú digas, sabes que yo no tengo problema— concedió él, volviendo a llevar la mano de Irina a sus labios.

—Gracias— dijo ella con una tierna sonrisa en los labios, él solo le respondió dejando un beso en su sien.

...

El viaje hacia la mansión de Viktor Ivanov, fue calmado, libre de tensiones y sin contratiempo. Cuando el portón para dejarles pasar a la propiedad se abrió, Irina admiró todo nuevamente, igual de sorprendida que la última y única vez que estuvo allí.

Lo imponente de la estructura, y la majestuosidad del lugar era algo que aún conseguía dejarla sin habla, y también cuestionarse ¿Cómo es que una persona podía vivir en un lugar tan grande y no sentirse solo? Pues, si bien, Viktor Ivanov aún vivía con su hijo menor, para nadie era un secreto que el joven salía de fiesta varias veces a la semana.

Bajo Los Encantos Del RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora