Capítulo 9

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Somos los tres contra el mundo.
ALTEA.

Estábamos sentados en la gran mesa de la cocina desayunando, Anya le había preguntado a mi amigo como nos conocimos, iba a responder cuando el empezó hablar.

-Nos conocimos con tres años, nuestros padres eran amigos, y nos apuntaron a la misma guardería y colegio, aunque falta otra personita más, somos tres contra el mundo, desde los tres años, hasta ahora hemos estado juntos- dijo con una gran sonrisa.

- Siempre hemos estado juntos y nos hemos apoyado en todo, los problemas de uno, son problemas de todos- dije dándole una sonrisa a mi amigo.

- Si?, esas son las amistades verdaderas y las que son para toda la vida.- dijo Anya. - Y apoyo no se puede encontrar en cualquier persona.- dijo mirando a su hijo.

- Sii, es verdad, yo amo a mi mejor amigo, es una de las personas que daría mi vida por verlo feliz y bien- dijo mi pequeña cuñada.

- Solo tienes ese por qué es gay, sino ya te digo que no tendrías sino amigas- dijo su hermano celoso, ella blanqueó sus ojos, y todos los presentes sonrieron de el momento.

- Y tienes novia? - pregunto Anya- Eres muy guapo.

- Oh no, no, yo primero quiero hacer muchas cosas antes se sentar la cabeza, lo intente con Geraldine, ella es nuestra otra amiga, a pesar de conocerla de toda la vida, pensé que llegaríamos a más pero no- dijo con una cara que no supe descifrar, pero tampoco se me pasó desapercibida la cara que hizo Irina, parece que me amigo le atrajera, pero también está de amante con mi esposo y son polos opuestos, no se que pensar. Estaba tan metida en mis pensamientos que no había escuchado la pregunta que me hizo Svetlana.

- Cuñada y por que dejaste de bailar. - dijo asiendo un mohin.

-Por que me vine a vivir a Rusia y al final estaba tan ocupada con lo de la mudanza que se pasó buscar otro sitio- dije mintiendo como un político en plena campaña.

- Mi niña pero aquí hay muchos sitios y muy buenos- dijo Kostenka mirando a Nikolay, el tenso su mandíbula y me miró fijo esperando mi respuesta.- Tal ves algún día retomé la danza- dije desviando la mirada.

-Siempre habéis vivido en el mismo sitio? - pregunto Irina a los dos.

- bueno nosotros dos si, Geraldine no, ella se mudó a Grecia a los cinco años, ella es francesa. A lo que iba, es que me voy por las ramas- dijo soriendole a la rubia- si hemos vivido juntos hasta que Altea se fue a casa de sus abuelos, ellos vivían en otra parte de Grecia. - acotó mirando de más a la rubia.

-Por que te fuiste de la casa de tus padres cariño, bueno si quieres responder cielo, creo que he pecado de imprudente...- Anya iba seguir hablando, pero la mire y le sonreí para que se tranquilizara.

- Me fui porque la mujer de mi padre no me soportaba, aunque le agradezco a mi padre por obligarme a ir.- dije sintiendo aún dolor por ese momento.

- No es que no la soportara, era una puta bruja, perdón señoritas, pero lo que mi amiga sufrió en esa casa es para tener el cielo ganado y esa perra el infierno. Le hacía de todo, la gritaba y le hacia quedar en ridículo, Altea es claustrofóbica, pues la muy perra la encerraba en un armario muy pequeño y Altea siendo apenas una niña que acababa de perder a su madre, le daba de comer las sobras y cuando su padre se iba más de una vez le pegó, iba con el ojo morado al colegio, aparte de sufrir en su casa en el colegio se burlaba de ella por ir de esa forma...- me miró y se dio cuenta que hablo de más. Mis lágrimas salieron sin verlas venir, todo aquello me dolía.

-Mi niña, todo el mal que te hizo esa mujer es para que estuviera refundida en una cárcel, pagando todo el sufrimiento, y tu padre no le decía nada...- en ese momento se paró Irina y Svetlana para abrazarme. Me dejó muy sorprendida que Irina hiciera eso. Yo les devolví el gesto a las dos.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora