Capítulo 34

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¡MAMÁ!
ALTEA

Hoy por fin estaría en casa, mi suegro vino como me lo había prometido y Vladik, al que no esperaba era Alessandro pero me hacía mucha ilusión verlo, cuando salí y vi  a Nik allí se me removió algo dentro, si algo tenía muy presente es que el me tenía que conquistar de nuevo y ganarse mi confianza, no voy a mentir y decir que el beso que me dio en el hospital no me destabilizó, todo lo contrario me hizo fuego por dentro, pero no, por eso tomé la decisión de no dejarlo pasar para acomodar mi ideas.

Por otro lado Massimo estaba tenso, me dijo que él y Alessandro tenían que decirme algo, como sea algo malo de Nikolay directamente que ni piense en que podra haber un nosotros.

Cuando llegamos a la mansión, estaban todos, todos allí, me emocioné muchísimo, la única que faltaba era Irina. Todos vinieron hacia nosotros y me abrazaron y después se pusieron a mi mimar a mis tres princesas. Mis abuelos y mi padre estaban allí, fui hacia donde estaban mis abuelos y los abrace, es increíble el amor que siento por ellos, ojalá fueran eternos, después le di uno a mi padre.

-Pequeña- estaba emocionado, no termino y se fue a fuera.

-¿Paso algo?- le pregunte a mis abuelos, ellos se miraron - cariño has hablado con Massimo y Alessandro.- me pregunto mi abuelo.

-No, ellos me dijeron que ahora hablarían- que tenían que decirme, tenía ganas de acabar con esta burbuja invisible que me tenía atrapada- vale pues cariño no dejes pasar mucho tiempo que alguien quiere verte.- me dijo mi abuelo sonriéndome con ternura.

- Si es Nikolay lo acabo...

- No cariño no es Nikolay, y ya me comento que estáis pasando una crisis, pero en todas las relaciones pasa algo por que si no hubieran problemas seria muy aburrida- me dice mi abuelo sonriéndome, si le contara no diría lo mismo.

-Vale abuelos, vamos a ver a mis princesas.- les dije cogiendo a cada uno de una mano.

En el salón estabamos reunidos todos, estábamos pasando una tarde muy agradable. Se preguntaran si Nikolay ha venido pues llevaba casi todo el día fuera de la mansión y al final decidió rendirse y se marchó no sin antes decir que volvería al día siguiente.

-Las princesitas son iguales al imbecil de su padre- me dijo Corban. Cuando llego a mi lado, mi amigo había perdido ese toque de humor y la simpatía e amabilidad

-¿A quien deberían de parecerse sino? Aunque querría que se parecieran a mí,  ya que las lleve en mi vientre, pero son perfectas tal y como son.- dije sonriendo mirando que todos estaban entretenidos con cada una de mis bebes.

- Por lo menos la pequeña saco los ojos a su abuela por que si...- ya harta de lo que decía, si esta rabioso con  Nikolay me parecía genial, pero parece que fuera un defecto de mis bebes parecerse a su padre.

-Vale ya está, mis bebes se parecen a su padre y que tiene de malo.- le dije ya irritada, estaba harta.

-Te estás escuchando, un imbecil que te engaño en tu propia casa y encima con la zorra....

-Eres un idiota, sabes una cosa yo tengo motivos muy grandes para estar enojada con Nik, pero tú- dije señalandolo con un dedo- tu no tienes motivos y ella realmente merece todo lo mejor.- iba a decir algo pero una de mis bebes pego un grito, y en ese momento me di cuenta que ya era la hora de darles de comer, por suerte dios me había dado el don de darle el pecho a mis bebes, ya que algunas mamis no pueden por que les duele, pero en mi caso no era así.

-Bueno va siendo hora de dejar descansar a la mami y a las princesitas- dijo mi suegra sonriendo a mi bebé, todos asintieron y se fueron despidiendo de las bebes y de mi, los únicos que no se marcharía serían Alessandro, mi suegro y mis abuelos, mi padre se había ido desde hace ya un buen rato.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora