Acepte casarme con el hombre que tengo a mí lado. Este matrimonio me llenado de oscuridad mi vida saber que me enamorado de la persona incorrecta sabiendo que nunca abra un sentimiento mutuo hacia mí persona.
-que haces con ese pijama, como te he di...
Fui directamente a la cocina, mi muñequita se estaba comportando de forma muy caprichosa, aún estaba sorprendido de lo que acababa de hacer, esa boquita me hacía unas mamadas que me llevan directamente al cielo y al infierno a la vez, sus cambios de humor era una rebeldía que se acabará cuando estemos solos, estaba lavando la frutilla que me pidió mi mujer, algo que no entendía era por que comía esto si antes no le gustaba, esa pequeña muñequita me vuelve loco, iba a salir y vi a Irina con ropa un poco ligera y la cara sonrojada.
- Vaya, vaya, mi amigo se le antojó fruta después de que su mujer lo dejara sin comida- acoto con burla.
- ja...ja...ja y tu que haces o más bien que hacias? - pregunte para no responder.
-hee...estaba...no podía dormir- dijo desviando la mirada.
-Ya, bueno me voy a dormir, y tu no deberías de ir vestida así por la casa tenemos un invitado.- dije haciendo referencia a Corban, ella se puso como un tomate.
-Si, si, solo quería un vaso con agua, buenas noches mí amor.- dijo dándome un abrazo y llendo a la cocina.
Yo subí a la habitación, justo cuando iba dentrado, me encontré a mi maravillosa mujer durmiendo a pesar de que se viera preciosa así, esto tenía que ser una broma, me hizo bajar para quedarse con dormida, me tarde unos 7 minutos. Al final me las comí yo deleitandome con la preciosa mujer que tenía a mi lado. Me acomodé en la cama y la atraje hasta mi cuerpo, me encantaba su olor, hoy dormiría más que bien.
Me levanté por que la mujer que tenía a mi lado estaba haciendo fuerza para apartarse de mi lado, mire el reloj que estaba en mi mesita de noche y eran las 8:35am, era increíble todo lo que dormía con esta mujer.
-Muñeca, para de moverte.-dije en un susurro.
-SUELTAME YA!- dijo casi gritando, yo la miré sorprendido.
-Pero que te pasa? - pregunte.
- Eres un descarado eso pasa.
-Perdona? Que hice?-dije ya a punto de volverme loco, esta mujer me pone de los nervios.
-Te has comido mi frutilla, eres un descarado de lo peor.- dijo levantadose de la cama y fue hasta el lavabo. Yo no daba crédito, está mujer me pide, sino que me exige que sea yo el que le traiga la fruta, después voy, y cuando vengo la veo durmiendo, que esperaba que hiciera. Dios mío dame paciencia, para no follarme muy duro y que no pueda ni caminar.
La veo salir ya duchada y vestida, no me mira, como si le hubiera echo lo peor, y sale dando un portazo. Yo no doy crédito. Me voy al lavabo a ducharme, y alistarme. Hoy no iré a la empresa, ayudaré a Svetlana con su fiesta, además que me toca pagar todo. Salgo de la habitación y bajo a la cocina, y escucho sollozos de mi mujer, entro rápidamente.
-Que pasa?-pregunte preocupado.
-Mi niña no ha contado que te has comido la fruta, que te pidió ayer.- dijo mi nana mirándome con la ceja enarcada, todos estaban pendientes de mi.
- A ver, ayer me pidió fruta y cuando baje por ella, y volví a subir ya estaba dormida, que querían que hiciera- dije mirando a mi nana y Altea.
-Eres un desvergonzado... esa frutilla era mía- dijo con su mirada cargada de lágrimas.
-Altea mi amor, estabas durmiendo, a demas mira todo lo que te trajo Sergey- dije para calmarla un poco.
-No lo entiendes, yo quería esa.- casi no podía hablar del llanto. Todos me miraron mal y Irina y Geraldine me susurraron insensible.
- Vale, perdóname, no lo vuelvo hacer, solo no quería despertarte.- dije mientras la tomaba de la mano y la acercaba a mi pecho- deja de llorar, no lo volveré hacer, además no estaba tan buenas como se ven aquellas- dije mientras señalaba la cesta llena de esas tres frutas, Sergey le cogió mucho aprecio a mi muñequita, ya que la consiente mucho. Ella me miró y sonrió.
- Enserio?, las otras no estaban tan buenas- pregunto limpiandose las lágrimas, todos la miraron de forma tierna. Nose que le pasaba pero algo no andaba bien.
-Si, ya no volveré a coger de tu fruta, ahora si vamos a desayunar.- dije mientras le daba un beso.
Nos sentamos y no perdía de vista a mi muñeca, nose si ella no se daba cuenta lo mucho que estaba comiendo, al parecer no era el único que la veía, Geraldine no daba crédito, es normal, Altea no es de mucho comer. Mi madre como siempre cortando el silencio.
- Tenemos que ir por los vestido de mañana, todas tenemos que estar preciosa. - dijo hablando para Svetlana, Altea, Irina y Geraldine.
-El jardín lo organiza hoy- acotó mi hermana.
- Genial. Así salimos un poco.-dijo mi mujer mirando a las mujeres de la mesa.- Además me agrada mucho que también sea una celebración familiar.- dijo ella sonriendo.
- Sii, yo soy amante de que mi familia esté conmigo ese día, además mis amigos son pocos, pero los más cercanos- dijo mi pequeña hermana. Y también vendra Alessandro.
- Es tu novio?- preguntó la arpía.
-Jajaja, noo, es como mi otro hermano, es el mejor amigo de mi hermano, que ascooo- dijo ella con humor.
- Vaya, y yo pensaba que solo tenía a Irina- dijo con malicia.
- Pues no, tengo más amigos, pero los que siempre han estado ahí an sido Irina y Alessandro. Yo también pensaba que no tenías amigos- dije con burla.
- Bueno ella nos paga, por eso no están rica, no le sale rentable amigos como nosotros cierto pequeña.- dijo con burla haciendo cabrear a la arpía.
-Si, si, eres un idiota, yo soy la única novia que has tenido, sabes por qué?- no dejo responderle- por que eres un idiota sin neuronas.- se había picado, Geraldine alias la arpía no tenía sentido del humor, solo se metía en mi relación con mi muñeca.
-Chico allá paz- dijo mi nana, yo miré a mi mujer y seguía comiendo como si nunca hubiera comido, todos llevan una ración y ella lleva tres, temía que le sentara mal.
-Muñequita tendrías que parar de comer por que te sentaría mal, ya has comido mucho- ella se detuvo de golpe y me miró fijamente.
- Me estas llamando gorda, me estas diciendo que me estoy comiendo toda la comida? - dijo con la mirada cargada de enojo y lágrimas.
-No, a ver, te dije que podría...
- Ya esta, voy a dejar de comer para complacerte, contento- dijo mientras se paraba de su asiento y salía de la cocina llorando. Yo no sabía ni que hacer, para una vez que decía algo por su bien. Irina, Geraldine y Svetlana me miraron mal y salieron junto a mi mujer, Corban estaba como yo, no daba crédito a lo que acababa de pasar.
-Yo, no se lo dije a mal.- me justificó con él, mi madre y mi nana.
- Pero tendrías que tener más consideración- y se levantaron las dos para salir juntas por la puerta del jardín. Corban me miró.
-Desde cuando esta así? - pregunto refiriéndose a la actitud de mi muñequita.
- Desde hace poco, nose que le pasa, haga o diga lo que diga, siempre reacciona así.- los dos nos miramos y nos quedamos pensativos. Que le pasara a mi muñequita, si sigue así la tendria que llevar con un especialista.
