Capítulo 20

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La gran verdad.
ALTEA.

Por fin estaba construyendo el rompecabezas, pronto otrendia la verdad y antes de marcharme debía hacer pagar todo lo que me hizo Nikolay. Me estaba moviendo para que creyeran que estoy despertando.

-Mira ya esta despertando salte que tengo que hacer unos chequeos.- dijo Valentina.

-No me iré.- dijo firme, yo por fin abri los ojos y lo miré fijamente, el me miró y en su mirada pude ver dolor.

-Debes de salir Nikolay, me tienen que hacer pruebas y no quiero que estés, es más no quiero verte si me haces el favor de desaparecer de mi vista.-dije firme, Valentina, la enfermera que había allí y él se quedaron sorprendidos, nunca le decía nada a él, ahora no me iba a quedar callada, por encima de el esta mi bebe y lo cuidaré con uñas y dientes.

-Altea...

-VE...TE o te lo explico con plastilina- dije mirándole fijamente.

-Ya la oíste, además no puedes estar aquí, sal de aqui Nikolay.

-Saldre, pero no me iré, esperaré por que tu y yo vamos a hablar- dijo señalandome, yo lo ignoré, eso piensa el, a partir de ahora soy yo la que decido que quiero y que no.

Una vez se salió por fin estaba sola con Valentina, y veré a mi bebe  y tambien posiblemente le escuche su pequeño corazón, hoy será el día más feliz de mi vida.

-Bueno por fin se marchó, ahora pondré este gel en tu abdomen es un poco frío pero nos ayudará.- me explico extendiendo el gel por mi barriga.- bueno antes de comenzar hay dos personas que quieren estar aquí, espera un momento.

-No quiero a Nikolay aquí, me da igual si no me hacen la ecografía, no lo quiero ver.- dije firme y rápido.

-Tranquila, no es Nikolay.- se fue a traer a nose quien, cuando escuche los tacones de vuelta sabía que era ella con las dos personas que vendrían.

- Mi niña, nos has asustado mucho cariño, menos mal que ya te hemos traído al hospital.- dijo Anya dándome un beso en la frente, mire a su lado estaba Massimo, era un hombre igual de intimidante que su hijo, la misma mirada.

-Tranquila pequeña que no soy como Nikolay.- comento cogiendo la mano de su mujer, ahora que lo veía bien era un hombre súper grande, era como ver a Nikolay y ami.

- Bueno señores haremos la ecografía y escucharemos los latidos.- Valentina me saco de mis pensamientos.

-Dios mío, cariño me harás abuela, estoy tan feliz- dijo cogiendo más fuerte la mano de su esposo.- Gracias mi niña, eres como una luz que hace tiempo  no veía, mi hijo ya veras que lo aceptará.- dijo sonriendo.

- No, él no va saber nada, no quiero que tenga contacto conmigo o mi bebé. Lo siento pero solo estaré ahora aquí pero después Massimo me ayudará, ¿verdad?- el me cogió la mano y me miró fijamente.

-Quedate tranquila.- comentó.

-Cielo no está bien, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir, un hijo es de dos y el debe de saberlo. No me parece ocultar algo así de grande.

- De lo único que me arrepiento es a ver aceptado el día que me casé con él. Tendrás que ayudarme o sino me pierdo con mi bebé, no quiero a alguien que le pueda hacer daño y que encima este pensando en otra, mientras a mi me hace más daño- dije mientras me acariciaba mi pequeño vientre.

-Por favor, no lo hagas pequeña.- comento con voz triste. No dejaré que nadie me convenza. Voy a ser fuerte por mi pequeño y por mi.

-Lo siento pero no está en discusión.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora