Capítulo 22

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Hablando con sinceridad
NIKOLAY.

Mi muñeca me castigaba con el látigo de la indiferencia, solo me ignoraba, era la primera vez que me deseperaraba por que una mujer me ignoraba, pero no era para menos después de aver echo lo que hice me siento con la peor basura, soy una puta bestia, conseguir que me perdonara sería muy difícil por no decir imposible, nose que me pasaba con Altea, pero todos estos sentimientos eran nuevos para mi. Hoy le darían el alta a ella, mande a traer los mejores especialistas de otros países, no era normal que se desmayara con tanta frecuencia, me tenía muy preocupado.

Acababa de salir de la habitación de Irina, mi pobre rubia que la estaba pasando muy mal. Todo lo que tenga que ver con ella me duele como si se tratase de Svetlana, estaba embarazada del hijo de puta que la había echo llorar, nose que había pasado de un día para otro, pero algo muy grabe paso, por que ella estaba feliz en la empresa y al día siguiente viene con la cara, rojo, hinchada y con ojeras, sea lo que sea lo voy averiguar y le haré pagar el daño que le está ocasionando. Volviendo a lo otro, mi pequeña muñequita no queria ni verme, pero algo tenía que tener en cuenta ella y el resto del mundo, es que es mía y de nadie más.

-¿Cuando le darán el alta a Irina?-pregunto Alessandro, apenas habíamos salido de su habitación, todo el tiempo que estuvimos con ella se la pasó llorando, me preocupaba, lo que ahora necesitaba era mucho reposo.

-Mañana, le diré que se tome 3 meses de vacaciones, dejaré todo muy bien resuelto en la empresa para que se vaya donde quiera, todo estará pago.- dije con voz firme.

-Seria lo mejor, por que esta totalmente rota, jamás la había visto así, si tengo que arrancarle la cabeza al rubio ese lo haré, nadie se mete con Irina.

-Lose, al parecer estaba muy enganchada- dije con pesar.

-Hay que romperle las piernas a ese sinvergüenza.

-Todo a su debido tiempo- dije pensando en que aquel idiota tenía que responder si o si por el bebé.

-Lo haremos besar el suelo por donde pisa nuestra amiga, ya lo verás- dijo con una sonrisa malévola.

***
Despues de ahí nos fuimos cada uno por su lado, yo me fui con mi preciosa muñequita, aunque no creo que me dejara verla, pero como soy su marido y ella es mía, nadie impedirá que vea lo que es mío. Cuando llegue al pasillo donde estaba su habitación, vi que no había nadie solo dos guarda espaldas de mi padre.

-Apartaros que voy a pasar- dije con voz firme y serio.

-Señor Nikolay no podemos dejarle pasar, su padre nos ha dado la orden que no lo dejarán pasar, lo siento pero...- no ll deje terminar.

-Es mi mujer la que está dentro, es obvio que tengo la autoridad para verla y saber como esta, mi padre vino pero conociendo a Massimo se irá de hoy a mañana y solo hace esto para joderme, así que por favor dejarme pasar antes de que os rompa la puta cara.- Ellos se miraron y se apartaron. Cuando entre, estaba mi muñeca en ropa interior dándome unas preciosas vistas de ese precioso culo que era solo mío, intentado vestirse. Como estaba de espaldas no me habia visto.

-Kostenka por favor me ayudas con la cremallera, dios míos no hago nada y estoy como si ubiese corrido una maratón.- dijo intentado cerrar la cremallera, aún no se había girado, yo me acerqué y la sujeté por la cintura.

-Pero que cojo...- se quedó callada cuando giro la cara para mirarme.- que haces aquí, te dije que te largaras no quiero volverte a ver así que te pido que te largues.

-Mi muñeca preciosa, no me voy a ir por que soy tu marido- dije con descaro.

- Mi marido, vaya el mismo que me forzó una madrugada, el mismo que no permitía que me llamaran por el apellido de casada, el mismo hombre que me dijo que me decía muñeca para ofenderme, el mismo hombre que le hice una mañana desayuno y lo mandó a tirar a la basura por que no se iba a comer esa porquería, el mismo que se ha empeñado en hacerme llorar y sufrir, el mismo que tiene dos caras, por que cuando ibas a Grecia me decias lo importante que era para ti y me endulzaste tanto que caí...- no termino por que le salió un sollozo, mi pequeña estaba llorando- Nikolay que fue lo peor que te hice para que me hicieras vivir todo eso. Si yo supiera el por qué de todo- no dije nada, verla llorar de esa manera, me estaba doliendo más de lo que imaginaba.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora