Capítulo 23

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Amoldarme en mi nuevo hogar
ALTEA.

Llevaba unas semanas yo diría que un mes desde que me dieron el alta, Massimo y Anya venía a diario a verme y mi abuela se había ido hace tres días, desde que me dieron el alta ella se había hospedado aquí y mi padre se había ido ayer, las cosas con el estaban un poco mejor, me consentía y a sus nietos igual, me hizo recordar a mi padre de siempre, aunque todavía teníamos muchas cosas por hablar y sanar pero todo iba por buen camino, parecía un  buda ya que todos los que venían a verme me tocaban mi abultada barriguita y ahora empezaba a notar mucho más mi barriguita, era normal al tener dos bebés en mi interior. Después de tomarme estas semanas para asimilar todo lo que me había dicho Massimo, esta casa y mitad de sus bienes me pertenecen, aunque a mi me daba igual todo eso, lo importante ahora sería mi salud mental y la salud de mis pequeños bebés, ahora me encontraba arreglandome para bajar ya que hoy venía una persona que me ayudaría hacer unos cambios, quería que la habitación de invitados la cual era donde dormía la mayoría de tiempo conectara con la habitación de matrimonio, ya que esa sería la habitación de mis bebés. Estas semanas él no había vuelto, tal vez asimiló que no estaríamos juntos, aunque Massimo, Alessandro y Sergey siempre me remarcaban que era por que tenia mucho trabajo, tal vez solo tal vez me sentía triste por no verlo, era masoquista pero nadie deja de amar a alguien de la noche a la mañana y para terminar de rematar tenía las emociones revoluciónadas y lloraba o me reía por cualquier cosa.

La puerta de mi habitación se abrió y por ella entro Kostenka con una bandeja llena de comida.

-¡Buenos días mi niña preciosa!¿cómo esta la madre más Bonita que han visto mis ojos?-  dijo poniendo la bandeja en la mesita de al lado de mi cama, cuando se giró a mirarme se vio preocupada- Mi niña, que te pasa por que lloras mi cielo, ¿que esta mal?- pregunto limpiandome las lágrimas.

-Hay Kos, nose que me pasa, puedes creer que me he puesto a llorar porque Nikolay es tan desvergonzado que nisiquiera ha venido para...- no terminé por que no sabía que decir, soy patética, pensaba que el mismo día se opondría a lo que dijo Massimo o que incluso se iría pero despues volvería, pero no fue así.

-Para que mi vida, lo mejor es que el y tu se tomén un tiempo, si la vida los quiere juntos, ella se encargará de unirlos, la vida es caprichosa, hay veces muy justa y otras no tanto. Tienes que ser paciente y si lo suyo es estar juntos aunque ustedes no quiera la vida se las ingeniaran, sobretodo mi vida tu no te pongas triste que no quiero que pases eso en una etapa tan Bonita que es el embarazo y más con dos bebes.- comenton dándome un apretón en las manos.

-Si, pero nosotros no podemos estar juntos, él está enamorado y yo solo soy alguien con quien descarga su furia por haber perdido a su mujer e hijo, estoy pagando algo que no hice, cambiemos de tema Kos. ¿tu que crees que serán?-pregunte cambiando totalmente el tema.

-Mi vida mientras nazcan bien de salud lo demás da igual, una vez Nikolay me dijo que deseaba mucho tener un hijo varón, imagínate que salen dos copias igual a el, eso sería increíble.

-Yo quiero que se parezcan a mi, no a su padre.- hable con indignación.

-Mi vida la genética Mancini es muy fuerte, Nikolay y mi niña Svetlana son un calco de su padre, así que prepárate.- comento con humor, esta mujer era un ser de luz, siempre le estaré agradecida de haberme tratado muy bien, mientras su niño como ella lo llama, me hacía la vida imposible. Unos toques en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos.

-Hola, Kostenka y señora Petrova, acaba de llegar Noah Domínguez. - nos informo una de las chicas que trabaja aquí.- Muchas gracias Gia, ya mismo vamos.-diciendo esto nos dejo solas nuevamente.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora