Capítulo 31

12.1K 520 14
                                    

Nuevas integrantes.
NIKOLAY

Después de lo traumático que fue ver como aquella mujer mataba a su hija, siempre pensé que el amor de una madre era más fuerte y más puro y que una madre siempre daría la vida por su hijo, pues en el caso de Wendy no fue así, su madre la mató y no es que me doliera la muerte de esa hija de puta, para nada, cuando esa hija de puta le apunto a mi muñequita pude sentir el miedo, el miedo de verdad, sentía como si mi universo fuera a desaparecer, cuando salimos de la casa de los leones, en ese momento hubo un mini caos, ya que mi muñequita, mi madre y la mujer que estaba con mi muñeca estaban mal, fuimos al hospital lo más rápido que podíamos.

Al llegar allí, empecé a gritar para que trajeran una camilla, Valentina que estaba por los alrededores y al verme con Altea en brazos empezó a apurar a los enfermeros que había por ahí para ayudarme.

La puse en una camilla y Valentina se la llevo con su equipo. Llevaba al rededor de media hora y nadie venía y me decía algo de mi pequeña, a lo lejos del pasillo pude ver a Alessandro y Pierre que venía cogido de la mano de la arpía de Geraldine.

-¿Te han dicho algo de mi amiga?-pregunto preocupada Geraldine.-¿ y tu madre? Ella la dro...go y estaba muy muy mal- dijo con lágrimas en sus ojos, Pierre la miro y la abrazó.

-Aún no se nada de ninguna, mi pequeña se estaba sintiendo mal- Dije roto- Antes de que perdiera el conocimiento me dijo que algo no iba bien con las bebés - no pude evitar derramar lágrimas. Mi mujer no era la única que estaba mal, mi madre estaba también en una de estas habitaciones, y por supuesto también me preocupa la mujer que estaba con Altea por que alparecer sufrió un ataque. Mi padre no me preocupaba por que al parecer es el más listo llevaba un chaleco antibalas y por suerte no le había pasado nada.

-Tranquilo la pequeña Altea es muy fuerte y las bebés son unas Macini, son fuertes como el abuelo y el padre- tener a mis amigos en este momento junto a mi era importante, solo faltaba mi impertinente rubia.

-No llames los malos tiempos, Altea va estar bien y mis sobrinas aún más- dijo Pierre con el típico tono de voz que siempre tenía, era uno de mis mejores amigos, nos vemos poco por que Alessandro vive en Italia y el es francés osea que vive en Francia.- A demás no preocupes a mi mujer.

-No soy tu mujer- al parecer ya se le había pasado su momento de debilidad a la arpía- suéltame.

-Chicos, no es buen momento para pelear, además que paso con tu relación con la otra.- le pregunto Alessandro para molestarlo.

-Fiorella me dio un sabio consejo y tengo alguien mejor- dijo con ironía y envolviendo aún más a Geraldine en sus brazos, Alessandro se tensó y ni pronuncio ni una palabra.

Estabamos sentados, yo muriéndome por entrar donde estaban mis mujercitas pero aún no decían nada y no podía entrar, mi padre me llamó y dijo que mi madre estaba mucho mejor y la otra mujer lo mismo. Estaba divagando en mis pensamientos cuando vi la puerta abrirse y ver a una Valentina con mala cara. Me pare de inmediato y los otros también lo hicieron.

-¿Valentina que pasa? ¿Mi muñecas y mis bebés?-pregunte al punto del colapso.

- Por ahora están bien, pero estuvimos a punto de perder Altea, esta muy débil, por eso no le hemos provocado el parto, esperamos que lo que le hemos inyectado nos ayude y así poder salvar...

-Tienes que hacerlo, tienes que darlo pro echo- dije fuerte y mirándola.

-Tu crees que no quiero hacerlo, hago lo que puedo Nikolay y mucho más.- dijo firme.

-Pues demuestramelo, las quiero a las cuatro.

-Nikolay no te pases, yo se como hacer mi trabajo, y no me digas como hacerlo, que yo podría decirte que aprendieras a ser un buen esposo y no lo hago así que por el cariño que nos tenemos cállate y déjame hacer lo que esta bien.- se fue valentina muy enojada, aunque yo estaba igual, ahora ella también me lo decía, Altea no me lo pondrá fácil.

Casada Con La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora