Capítulo 16

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"Si hiciesen cosas probables, atracarían cajas de ahorros". - Tamayo❤

Recuerdo el día de Navidad. Que locura, fue increíble. Me emborraché mucho. Muchísimo. Nunca había probado una sola gota de alcohol. Y Tokio me dio a probar. Imaginaos...

Era la hora de comer. Cogí asiento al lado de mi tío, quien estaba en la cabecera de la mesa. Había mucha comida y estaba deseando darle un bocado a algo; solo con mirar a la mesa se me hacía la boca agua.

Todos se sentaron, todos menos Tokio. Debía estar en su habitación.

- Iré a buscarla - decidió Nairobi, que se marchó tras acabar de poner la mesa.

Pasaron unos minutos y ninguna de las dos venía. Yo tenía mucha hambre, pero tenía que esperar. Al final, mi tío mandó a Lisboa y a Estocolmo a ver que pasaba.

Pero tampoco ellas volvieron. Yo ya me estaba empezando a impacientar.

- Sidney, vete tú, anda - me dijo el Profesor -. A ver que hacen esas cuatro.

- Sí, voy - me levanté de un salto y corrí por el pasillo.

Lo que no sabía mi tío era que, donde caben cuatro, bien pueden caber cinco.

Llegué a la puerta de la habitación de Tokio. Estaba cerrada, y de dentro salía una música. ¿Estaban de fiesta? Y yo muriendome de hambre... bueno, vale, no tenía hambre. Pero la comida tenía una pinta...

Llamé a la puerta. La música paró y la puerta se abrió lo suficiente para que Tokio se asomara.

- ¿Qué hacéis? - pregunté -. Hay que ir a comer.

- Pasa, anda - me dijo, abriendo la puerta del todo.

Entré sin pensarlo mucho y Tokio cerró de nuevo. Nairobi puso la música.

Ví que todas tenían un vaso con bebida en la mano. Observé que había algunas botellas en una mesita; otras, en el suelo. Tomé una en mi mano y leí la etiqueta.

- ¿Tequila? ¿De dónde lo habéis sacado? - pregunté, incrédula.

- ¿Quieres un poco? - ofreció Tokio.

- No sé yo... nunca he probado nada así - respondí.

- ¿Y a que esperas? - insistió -. Venga, dale un buen trago.

Miré a las demás. Ellas solo me miraban, Nairobi sonreía. Puse la botella cerca de mi boca, de modo que pude oler la bebida. Pensé en lo que diría mi padre si me viera. Aunque, que importaba eso.

- A la mierda - mascullé, e incliné la botella mientras el líquido pasaba a mi boca.

Tragué de una y separé la botella. Me recorrió un escalofrío. Era raro, pero no estaba mal.

- ¿Qué? ¿Te gusta, eh? - dijo Tokio, riendo.

- Umm... no está mal - contesté, aún sintiendo el sabor en mi boca. Era muy fuerte.

- Pues toma más, mujer, no te cortes - exclamó, poniéndose a bailar.

¿Por qué no? Le di otro trago. Todas bailaban y, obviamente, me uní. La comida podía esperar.

No sé en qué momento tomé de más. Me desperté en mi habitación con un  dolor de cabeza horrible; no recordaba nada.

- Buenas tardes - saludó Denver.

- ¿Qué ha pasado?

- Si te lo cuento no me vas a creer. Mejor te lo enseño.

Me tendió una cámara de vídeo. Le di al play.

Se veía al Profesor avanzando hasta donde estábamos nosotras cinco. Era el pasillo. Imagino que me estaban llevando a mi habitación o algo así.

- ¿Qué habéis estado haciendo? - preguntó el Profesor.

- Nada - respondió Tokio -. Hablar.

- Sidney, ¿estás bien? - me preguntó.

- Sí - contestó Nairobi sin dejarme decir ni una palabra -. Está bien.

Yo sonreía. Estaba borracha, se notaba de lejos.

- Mmm... Quiero un unicornio - dije yo, dando un paso hacia delante.

Mi yo del vídeo tropezó, y no cayó al suelo porque Lisboa la sujetó.

- Estás borracha - indicó mi tío.

- No. ¿Quién está borracha? Yo no... - negué, al parecer muy segura de lo que decía.

Me giré y miré la pared.

- ¿Qué? ¿Me estás mirando mal?

- Sidney... eso es una pared - dijo mi tío, mientras la característica risa de Denver sonaba de fondo. Debía ser él quien grababa.

- Ya... la señora Pared no me deja de mirar - indiqué -. Tokioo, dile algoo. Me está molestando.

Tokio solo abrió un poco la boca, como para decir algo, pero no le salían las palabras.

Yo por mi parte me olvidaba de la pared y me giraba a ver a la cámara.

- Denver, ¿qué haces? - pregunté -. Estás grabando, ¿verdad?

Y empecé a llorar. Así, sin motivo alguno. Porque, además de estar borracha, estaba en mis días. Ya saben a que me refiero...

- Esto es cosa vuestra, ¿no? - acusó mi tío a las otras.

- No - aseguraron Tokio y Nairobi, a la vez que Lisboa y Estocolmo decían "sí".

Se miraron.

- ¡Bogotá! - gritó él.

- ¿Vamos a comer de una puta vez? - era la voz de Palermo, que efectivamente apareció inmediatamente después, seguido de Bogotá -. ¿Qué mierda le pasa?

- Está borracha - respondió mi tío.

- Joder.

Bogotá, sin decir nada, se acercó a mi. Yo ya me había quedado dormida. Pues si que me había dado fuerte la borrachera.

- Llévala a su habitación - le ordenó -. Los demás, vamos a comer. Ven cuando acabes.

Me cogió en brazos y se alejó por el pasillo. La grabación se cortó.

Miré a Denver, que sonreía.

- ¿Esto...? Nah, ni de coña, esto está editado - dije -. Esto no ha podido pasar.

- Ves que sí.

- ¿En serio me he peleado con una pared?

- Estabas convencida de que era una persona.

- Dios mío...

Sí. Había sido un día loco. Pero me lo había pasado bien, por lo menos hasta lo que recordaba. Porque, aunque sabía lo que había pasado gracias al vídeo, no me acordaba. Y, claro, supuse que había bastantes más cosas de las que jamás me acordaría porque no estaba grabado.

Por lo que me enteré más tarde, vomité en la habitación de Tokio, por eso salimos. Querían llevarme a mi habitación y usar la excusa de que había empezado a encontrarme mal para que el Profesor no se enterara de nada. Claramente no funcionó.

La resaca del día siguiente, empezando desde el momento en el que me desperté, fue increíble. Creo que me pasé todo el día metida en el baño, vomitando.

Pero, valió la pena. Ahora teníamos algo que recordar cuando hiciera falta. Porque es en los momentos más tristes cuando más recordamos momentos felices.

Hey, perdón por no publicar ayer, estaba un poco liada.
Hoy toca otro capítulo tranquilito para aliviar la tensión del anterior... el viernes ya seguimos a tope dentro del banco.
A propósito, ¿visteis ya el anuncio del estreno de la 5 temporada? Deseando que llegue el 3 de septiembre, ¿ o no? Jajaja

La Casa De Papel (partes 3 y 4)//¿Y si Berlín hubiera tenido una hija?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora