Capítulo 51 - Berlín T1

14 2 5
                                    

"Un robo no es un plan. Un robo es un currículum". - Berlín❤️

El plan era que Keila se quedaría fuera para controlar lo que aparecería en las pantallas de los guardias, Bruce abriría y cerraría el hueco para que nosotros pudiéramos entrar en la cámara, y allí nos quedaríamos con las joyas, dejando todo perfectamente colocado. Como si no hubiera pasado nada.

Era un plan muy sencillo. De haber sido otras la circunstancias, habría sido como robarle un caramelo a un niño. Pero, claro. Papá había conocido a Camille, comprometiendo el plan, y Damián - que estaba muy raro desde aquella conversación telefónica con su mujer - no parecía muy contento con eso.

- ¿Dónde te has metido? - le preguntó cuando llegó.

Todos los demás estábamos alrededor de los monitores que Keila controlaba, mirando con atención desde hacía ya un buen rato.

- ¿Están ya todas las joyas? - preguntó papá, sin responder a la pregunta.

- Polignac acaba de meter la tiara de diamantes de Elena de Saboya - informó Keila -. Ya no abrirán más la cámara acorazada hasta dentro de 15 horas, cuando hagan la tasación.

- Perfecto. Es el momento de entrar.

Lo seguimos a través del túnel. Excepto Keila, claro, que se quedó con sus máquinas.

- Llevas dos días sin aparecer por el hotel. ¿Dónde estabas? - insistió Damián. Lo escuché porque iba justo detrás de él.

- Conociendo la ciudad.

- ¿Sin ______?

No respondió. Damián suspiró.

- La señora Polignac lleva también dos días sin aparecer por su casa. Es una casualidad. Estabas con ella, ¿verdad? Por eso has llegado tarde al robo. Me dijiste que no nos ibas a poner en peligro, y lo has seguido haciendo. Deberías pensar un poco más en tu hija si…

Papá se detuvo de golpe y se dio la vuelta.

- No metas a mi hija en esto. Y deja de comportarte como una novia encelada. ¿Qué te pasa? ¿Has retirado ya las cámaras de casa de Polignac?

- No. No contaba con poder robar las joyas hasta dentro de dos noches.

- Y soy yo el que pone en peligro el robo. Yo quitaré esas cámaras cuando estéis soldando la antecámara, aunque no es mi trabajo. Vamos a ponernos los trajes.

- Uh, ‘ta tenso el asunto - susurré. Roi me dio un codazo.

- Vamos - dijo.

Nos pusimos los trajes. Con esa cosa me sentía una mezcla entre un astronauta y un buzo antiguo, pero en la tierra. Un poco claustrofóbico todo.

- Estoy grabando el bucle de imagen de la cámara con el lote completo - indicó Keila -. Avisad cuando estéis listos y les lanzo la imagen a los monitores de los guardias de seguridad para que entréis.

Papá me miró.

- ¿Estás lista?

Sonreí y asentí con la cabeza.

- Keila, estamos listos.

- Lanzando vídeo a antecámara. Listo.

Manos a la obra, Bruce abrió el hueco que habíamos hecho en la antecámara.

- Preparados para entrar en la cámara, Keila.

- Listo.

Cameron pulsó un botón y parte de la estructura se levantó. Quedé asombrada con lo que habíamos logrado hacer. Parecía un trabajo perfecto. No, no parecía, era un trabajo perfecto. Sonreí.

La Casa De Papel (partes 3 y 4)//¿Y si Berlín hubiera tenido una hija?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora