Las botas negras estilo militar, seguidas por un par de zapatos formales, crean un ruido escalofriante gracias al suelo de mármol y el eco que las frías paredes de color blanco devuelven.
Al llegar al final del pasillo, abren las puertas que ahí se encuentran y ambos se adentran al frio y esterilizado cuarto, las camillas de metal y los archiveros de gran tamaño rodean la mesa que yace en medio de todo.
En ella es notable que hay un cuerpo femenino, pero un plástico azul cubre la identidad y el estado en el que se encuentra. El rubio detesta la morgue, pues igual que todo alfa posee un sentido del olfato muy desarrollado, y el lugar, a pesar de contar con ventilación y anuladores de aromas, apesta a muerte.
— Bienvenidos —saluda el médico forense, saliendo de una habitación contigua. El cabello negro peinado hacía atrás, la mirada cobriza marcada por unas oscuras ojeras que resaltan debido al color claro de la piel—, el jefe llamó para avisarme de su visita.
— ¿Ya llegaron nuestros invitados? —pregunta otro, una copia casi exacta de primero, ya que éste posee las orejas adornadas con oscuros pendientes en todo el arco— Bien, ya empezaba a aburrirme de tanto esperar.
— Estabas jugando en tu celular.
— Sí, pero ya comenzaba a aburrirme.
— Sí, claro —el primer gemelo se lleva la mano derecha a la nuca—. Haz tu trabajo.
— A la orden, hermano —el más risueño de ambos gemelos se coloca tras la camilla, dejándola entre los recién llegados y ellos—. Primero las presentaciones: buenas noches, somos los gemelos Tokoyami, mi nombre es Chiyo y él es Fumikage.
— Seremos los encargados de presentarles el cuerpo —anuncia el otro, colocándose al lado Chiyo.
— Bakugo —se presenta el rubio solo usando su apellido, su expresión facial es seria, desinteresada total a todo su alrededor.
— Izuku Midoriya, mucho gusto.
La mirada cobriza de ambos se centra en el peliverde, hacen una mueca y eso ni a Midoriya ni a Bakugo sorprende, es normal debido a que el "mano derecha" del rubio es beta.
No es que se crea que son inferiores, sino que al ser beta en cualquier momento puede entrar en: "Broken mind", un estado físico y mental lo suficientemente peligroso como para poner a los alfa en desventaja y recurrir al servicio especial.
En la ciudad se han presentado cinco casos de broken mind y dos de ellos tuvieron que ser asesinados al poner en riesgo la vida de inocentes, al principio se usó una alta dosis de tranquilizante, pero pesar de eso aquellos dos betas siguieron peleando.
Se quiso hacer una investigación, ya que no se sabe qué ocasiona a un beta entrar en semejante estado de locura. Todos los que se han logrado atrapar con vida, pierden la memoria después de despertar y siguen siendo ellos mismos, tras las rejas.
La autopsia en los betas que presentaron un Broken mind solo demostraron una cosa, el cerebro quedó hecho papilla.
Giyo es quien retira la sabana una vez se acercan lo suficiente, el rostro golpeado y semi desfigurado hacen al beta retirar la mirada, pero ya ha visto suficiente. Es una mujer joven en sus veinte, castaña y de pestañas largas, sus labios que en algún momento fueron rosados y sonrientes, ahora poseen un color azul frío, un color más oscuro al de la piel golpeada y cortada.
Bakugo, con aquel semblante serio y molesto de siempre, observa detenidamente las marcas del cuerpo: ambos pechos de la joven se encuentran con marcas de mordidas y quemaduras circulares, de cigarrillo lo más probable.
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Un Omega Para Mí (BakuShima)
FanfictionLos bajos barrios tienen su atractivo, ya sea por sus centros nocturnos o que en cada esquina puedes conseguir un poco de caricias a cambio de dinero. Sin embargo, nada de ahí es bien visto ni menos los omegas que de ahí vienen, pues los problemas s...