Con la camisa elevada hasta los hombros, Kirishima recibe las atenciones médicas por parte de Sero, quien retira con sumo cuidado las vendas manchadas. Le aterra pensar un poco que eso rojo cobrizo sea sangre, pero no, simplemente es una pomada para aliviar el dolor, según puede ver por el tubo que yace a un lado del pelirrojo.
Verlo sentado en el suelo no le está ayudando mucho, su perfil desde arriba luce adorable, pero con el cabello rojo marcando su rostro, lo hace lucir también ardiente. Kirishima alza ligeramente el rostro para verlo y eso lo obliga a apartar la mirada, es incomodo ahora que lo piensa. Bueno, fue él quien lo dejó atrás en un callejón, sin embargo, fue el joven pelinegro quien le mintió en primer lugar, así que su actuar puede ser justificado ¿no es así?
— Lo siento, Red —habla Sero, pasando un trapo húmedo para retirar completamente la pomada del cuerpo de Kirishima—, pero no voy a dejarte salir a escena de nuevo.
— ¡Pero...!
— Nada de "peros" —el pelinegro pasa por el abdomen la venda nueva, enrollando a la altura de las ultimas costillas—; un golpe más y vas a quedar en cama, dos semanas, así que lo mejor es: descansa, toma un descanso de una semana y listo, vuelves a brillar en el escenario —escuchar y verlos hablar tan familiarmente le hace tener una punzada de celos, lo cual le molesta y prefiere darse la vuelta, paseando la mirada por la habitación.
No pensó muy bien las cosas, realmente su mente se nubló cuando vio a Kirishima caer y el tomarlo en brazos para ponerlo a salvo fue algo que nació naturalmente. Pensó que lo atenderían en la oficina de Shoto o de Shinso, vaya su sorpresa cuando Sero y Denki lo guiaron a una habitación de servicio, la cual posee cosas personales del chico pelirrojo. Desde un armario con ropa llamativa, un gran espejo adornado con luces y peluches, incluso hay una pequeña cama con el nombre de Blasty bordado.
¿Una segunda vivienda? No, lo duda mucho. Tal vez la use cuando se le hace muy tarde o termina muy agotado, se lo puede imaginar fácilmente caminando con cansancio hacia la cama y terminar cayendo boca abajo apenas llega a ella.
Sobre el mueble de noche que yace al lado de la cama, la cual tiene mantas rojas, logra divisar fotos de Kirishima con Shoto, pero en todas ellas tiene el cabello teñido de rojo y luce completamente llamativo, como si fuera alguien totalmente diferente a quien hace unos días tenía acurrucado en el pecho. Recuerda la historia que el chico le contó, la de aquel hombre que le atacó y que por ello se refugió en el intenso color. ¿DPM? No, definitivamente no.
Existen varios signos característicos del desorden de personalidad múltiple, los cuales no ha visto en Eijiro, pues no posee crisis de pánico, posee buena memoria, no cree que haya estado alguna vez en depresión sin haber tenido alguien que le apoyara y, basándose en las fotografías frente suyo, duda mucho que la ansiedad sea parte de la vida del chico. Dejando de lado que físicamente se encuentra saludable.
Aunque un libro no se debe de juzgar por la portada, ¿no?
— Disculpa —la voz de Midoriya le hace ver sobre el hombro, observando como el peliverde se coloca de cuclillas frente del pelirrojo—, ¿cómo te hiciste esas lesiones?
— He estado entrenando para hacer acrobacia aérea durante una canción en especial, la cual iba a ser cantada por Chargebolt —explica Eijiro, bajando la camisa para acomodarla, ya que Sero ha colocado el seguro en la venda—; me sentí listo para hacerlo ayer y lo estaba haciendo bien, pero la tela se rasgó y caí. Fue un descuido mío.
— El tonto descuidado cayó de una altura un poco mayor de tres metros —agrega Sero, limpiándose las manos con un trapo húmedo—, sino fuera por estos músculos pudo haberse rotó algo —da un punta píe al brazo del chico al pasar a su lado, quien suelta un risilla. El pelinegro avanza con seguridad hacia la puerta, en ningún momento lo ha volteado a ver—. Tengo que dejarlos, debo estar al pendiente de mi mujer y mi tonto favorito, mientras el jefe no está.
ESTÁS LEYENDO
Un Omega Para Mí (BakuShima)
FanfictionLos bajos barrios tienen su atractivo, ya sea por sus centros nocturnos o que en cada esquina puedes conseguir un poco de caricias a cambio de dinero. Sin embargo, nada de ahí es bien visto ni menos los omegas que de ahí vienen, pues los problemas s...