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Es increíble como el cuerpo y cerebro se acostumbran a la vida de uno, con pocas horas de sueño Bakugo es capaz de mantenerse despierto cuarenta y ocho horas seguidas, y es normal, un alfa puede empujar el cuerpo al límite, tal vez se deba a que derivan de predadores.

Ya tras el volante, con un cambio de ropa limpia conformada por una camisa blanca de manga larga, una camisa negra de vestir y pantalón de mezclilla oscura, esta ocasión ha optado por tenis negros.

Los dueños culpables o los testigos que saben algo suelen correr.

La puerta del lado del copiloto se abre, su compañero Midoriya entra al auto con dos termos, seguramente llenos de café.

— Buenos días —saluda el peliverde, extendiendo un termo hacia él—, ¿dormiste bien?

— Cinco horas.

— Vaya, te envidio; yo tuve que ir por mi madre al aeropuerto —da trago a la bebida, usando la mano izquierda para ponerse el cinturón de seguridad—. Espero que tres horas de sueño y una siesta de quince minutos sean suficientes para hoy.

— Lo dudo mucho.

Bakugo deja el termo en el medio de ambos asientos, echa andar el auto y conduce entre el tráfico que se acumula en la gran avenida, pues a pesar de ser las siete de la mañana, los negocios ya se encuentran ofreciendo sus productos y servicios.

También porque muchos abandonan los moteles u hoteles en donde pasaron la noche.

En donde fue encontrado el cuerpo de Ochako Uraraka es una discoteca donde la mayoría de clientes, sino es que todos, son alfas de diferentes clases sociales, desde la más alta hasta la más baja. Es un enorme foco rojo para los omegas, ir solo ahí era tentar mucho a la suerte, más ahora que había un desquiciado suelto.

El detective rubio no es de antros, tampoco de bares ni nada por el estilo, él prefiere pasar su día libre en casa recostado en su sofá viendo el televisor junto a Punk. Su mascota. Y no es porque le desagrade la música alta o los fuertes aromas que se acumulan en espacios cerrados, sino porque termina cada movimiento y nada se esconde de su mortal mirada.

Debido a eso no puede disfrutar de una salida sin querer poner a los idiotas en su lugar.

Frena ante una luz roja, suspira y apoya el codo izquierdo en el marco de la ventana de su puerta, usando su mano para recargar la sien.

— "Labios con Orillas Blancas" —ve de reojo a Midoriya, quien se encuentra leyendo el informe hecho por Mineta-, es el nombre del lugar al que vamos y a diferencia de los otros, el dueño no tiene antecedentes ni siquiera se ha registrado algún problema por peleas o ataques.

— ¿Y le crees? —vuelve su mirada al frente— Ese tipo de lugares siempre tienen trapos sucios.

— Mineta dice que es famoso por sus bebidas: blowjob, camino del diablo y cherryvery, ¿conoces alguno?

— Los tres, siendo honesto —la luz se pone en verde y él no puede avanzar debido al idiota del carro de enfrente que se encuentra revisando el celular—. ¡Está en verde, cabrón!

— Bakugo, es muy temprano para esto —el peliverde sonríe de lado, llevándose el termo a los labios.

— Los pendejos como el de ese auto, no tienen horario. ¡Avanza, mierda! —hace sonar el claxon, junto con los otros autos detrás— ¿Ves? —señala cuando el conductor comienza a avanzar— Al parecer solo requería un empujón.

— Contigo no se puede razonar, te desesperas muy rápido.

— Yo no...

— ¡Cuidado!

Un Omega Para Mí (BakuShima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora