La felicidad en el rostro de su madre le prohíbe hacer alguna mueca cuando ella acomoda la corbata color guinda que él usa. Él podría hacerlo perfectamente, está acostumbrado a usar traje, ya sea de etiqueta o no, pues en muchas ocasiones en su trabajo ha tenido que presentarse a altos mandos o gente muy importante, de igual forma, las cenas o posadas, sin embargo, la mujer frente suyo cree que a lo que va es a una cita, y es por eso que se encuentra "ayudándolo".
Eso es lo que hace todo más vergonzoso, bueno, lo sucedido ayer también. No puede creer que se haya dejado convencer por Mineta y Ojiro, aunque no puede dejar de lado la orden tan extraña que su capitán soltó tan repentinamente. ¿Ir a Zona Verde? Solamente en su adolescencia y vaya que fue divertido, recuerda haber ido un par de veces en compañía de su compañero de aquel entonces, Mirio Togata.
Obviamente esas salidas nunca llegaron a los oídos de su madre, hasta donde ella sabe él iba a realizar tareas a casa del rubio sonriente.
Inko le palmea con suavidad el pecho, sonriendo satisfecha por el nudo que ha realizado y por lo tan bien planchado que se encuentra el traje, al igual que la blusa, se da la vuelta y por fin le da privacidad frente del espejo. Al ver su reflejo en este, hace una mueca.
No siente que sea él, no del todo; su cabello peinado hacia atrás deja a la vista su frente limpia de imperfecciones o arrugas, haciendo que sus cejas, pestañas y ojos luzcan grandes, las pecas que se esparcen por sus mejillas le dan ese toque aniñado del que ya es muy consciente que jamás desaparecerá y sus facciones, las cuales detesta por lo delicadas que lucen, le dan el aspecto de un niño listo para ir a su gradación.
Lo odia. Sus tiempos de escuela primaria y bachillerato son lo peor de lo peor.
Aparta la vista del espejo, no queriéndose hundir en aquellos pensamientos pues lo llevaran a recordar horribles momentos, los cuales por ahora no ve para nada necesarios. No cuando piensa salir y recolectar la mayor información posible sin ser asesinado por los Todoroki.
El calor se sube a sus mejillas al recordar al más joven de los Todoroki, quien, para su maldita suerte, se encontraba en Buen Viaje. el heterocromático lucia de lo más fresco y encantador, ayudándole a enderezarse en el banco en donde Bakugo lo dejo abandonado.
— Detective, ¿qué hace aquí? —la voz tan angelical le hizo voltear a verlo, pero su cabeza se sentía tan pesada que ésta se hizo hasta atrás hasta golpear contra el pecho del joven—. ¿Ha tomado algo?
— No venden agua —fue lo que dijo, pero su voz salió tan baja que Shoto entrecerró los ojos. Era claro que no lo había escuchado, pero aún así continuó hablando—; venden café, limonada y té, pero no venden agua sola...
— Detective, no escucho nada de lo que dice —el joven Todoroki sonrió, volteo a ver al bar tender y él se quedó perdido en el perfil del chico; sabía lo atractivo que era, pero las luces del lugar reflejándose en la ligera capa de sudor del heterocromático fue un plus. Un Mega Plus.
El joven Todoroki lo empujó un poco hacia enfrente, ayudándolo a apoyar los brazos en la barra para luego recostar la cabeza en ellos. Cuando ya no sintió las manos del joven, recostó la cabeza de lado y lo siguió con la mirada, perdiéndolo entre la gente bailante y sudorosa, la gran mayoría restregando el cuerpo con otro. Sonrió al pensar en hacer eso, pues ya estaba muy grande para esos bailes descarados.
Cerró los ojos por un momento y al abrirlos un poco, se encontró con sus torpes pies andando entre tacones altos y zapatos de baile, al lado de los suyos, unas zapatillas deportivas.
Los volvió a cerrar y cuando los abrió nuevamente, estaba recostado en un asiento delantero, yendo de copiloto. Su cabeza todavía seguía sintiéndose pesada, así que, al voltear a su izquierda, lo hizo con un movimiento brusco y alertó al joven Todoroki, quien inmediatamente le colocó la mano contra la mejilla para estabilizársela.
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Un Omega Para Mí (BakuShima)
FanficLos bajos barrios tienen su atractivo, ya sea por sus centros nocturnos o que en cada esquina puedes conseguir un poco de caricias a cambio de dinero. Sin embargo, nada de ahí es bien visto ni menos los omegas que de ahí vienen, pues los problemas s...