No hay forma en el mundo que él se llegue a cansar del chico que ahora yace recostado en el sofá de dos piezas, pues se encuentra jugando con Blasty y Punk, ambas mascotas peludas reciben toda la atención de Kirishima, quien los alza en brazos y deja caer en el vientre, lo que parece fascinar a los animales, ya que saltan alegremente y luego van en busca a ser sostenidos nuevamente por las manos de Eijiro.
Sonríe de lado, vuelve su atención a la pantalla del celular y revisa otra presentación grabada de BL, quiere encontrar en ellas algo que pasó desapercibido en su momento debido a la falta de información que poseía. Sin embargo, en cinco de ellos no ha encontrado nada relevante o llamativo; eso o sus ojos no pueden ver algo más que no sea al chico pelirrojo que baila tan descaradamente sobre aquel escenario de madera.
Niega con la cabeza, guarda el celular en el bolsillo trasero de su pantalón y remueve el burbujeante estofado con una cuchara larga de madera. Sorbe un poco de esta para comprobar que el sabor sea bueno y al hacerlo, sonríe satisfecho y apaga la flama de la estufa, deteniendo así que siga la cocción y los alimentos se sobre cosan.
Voltea a la sala en busca de Kirishima, quien ahora ve el televisor tranquilamente mientras acaricia el pelaje de ambos.
— Oye —habla en voz alta, llamando así la atención de Kirishima—, pon la mesa —el pelinegro asiente efusivo, deja de lado a Punk y Blasty con sumo cuidado, y se pone de pie, caminando hacia la cocina en donde él se encuentra.
— Bakugo...
— ¿Qué quieres? —pregunta sin si quiera girar, estirando el brazo para tomar un saborizante de agua que yacía en la parte alta del refrigerador— ¿No sabes poner la mesa o algo así?
— ¿Solo estás usando un mandil?
— No, también traigo puesto un pantalón —niega desaprobatoriamente, pero al sentir los brazos de Kirishima rodearle la cintura, sonríe—. ¿Te gusta como estoy vestido?
— Sí, te ves muy bien —el aliento de Kirishima en su espalda es gratificante, todo al lado del chico es maravilloso y le gusta como lo hace sentir—. Gracias por hacer la comida.
— Como sea; ve y pon la mesa para que podamos comer.
— De acuerdo.
Lo observa salir de la cocina con una base de metal, un par de platos semi hondos, dos vasos y cubiertos, todo apilado en una torre que se mantiene hasta llegar a la mesa. No le sorprende, el chico es un mesero a final de cuentas. Él se retira el mandil, sujeta las asas de la olla con un trapo en cada mano y la lleva hasta la mesa, en donde ya todo yace acomodado.
Coloca la olla sobre la base de metal, toma asiento al lado de Kirishima y este se pone de pie, yendo nuevamente a la cocina para después volver con un envase de vidrio grande lleno de líquido color naranja. La coloca en el medio de la mesa y toma asiento a su lado, la espalda totalmente apoyada en el respaldo de la silla y eso le hace fruncir el ceño, luce muy nervioso.
— ¿Todo bien? —pregunta, colocando una mano en el hombro del chico— ¿Kirishima?
— Yo... Una parte de mí no puede creer que estemos teniendo una agradable comida.
— Es normal ¿no? —sirve a ambos el estofado que preparó, para después verter el jugo de naranja en los dos vasos— Estamos aquí juntos, comer por separado sería demasiado grosero.
— Sí, supongo que sí, pero...
— ¿"pero..."?
— No, olvídalo. Es una tontería.
— ¿Eh? —arquea una ceja— ¿Una tontería? —al ver las orejas rojas de Kirishima, suspira y da el primer bocado, saboreando lo que ahora ya no tiene tan buen sabor. Eijiro ha hablado entre líneas con anterioridad, también llegó a mostrarle cómo actúa cuando se encuentra inquieto o algo le tiene nervioso, así que ahora le resulta fácil leerlo— Somos una pareja, ¿no es así? Por lo tanto, es normal comer en la misma mesa si estamos juntos.
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Un Omega Para Mí (BakuShima)
FanfictionLos bajos barrios tienen su atractivo, ya sea por sus centros nocturnos o que en cada esquina puedes conseguir un poco de caricias a cambio de dinero. Sin embargo, nada de ahí es bien visto ni menos los omegas que de ahí vienen, pues los problemas s...