Atrapando el cuerpo de Eijiro contra la puerta de entrada, presiona con firmeza hasta no dejar hueco alguno y su joven pareja gime contra sus labios, temblando contra suyo cuando lo sujeta de las caderas. Sí, anoche jodieron como animales, pero no es suficiente. Con Eijiro jamás es suficiente.
Muerde el labio inferior y tira de este, sonriendo al escucharlo gimotear. ¿Hace cuánto no habían hecho el amor? No está seguro, pero lo de ayer fue primero sexo y luego tantos mimos como ambos fueran capaces de dar. Besó todo de su novio, incluso esas cicatrices que hacen dudar a su pareja de lo bello que es y se esforzó por demostrarle lo caliente, sexy y hermoso que él lo sigue viendo.
Las manos de Eijiro se sujetan a su camisa, atrayéndolo y continúan con un beso demandante, sin embargo, al final es él quien domina en el beso y sabe que eso derrite las piernas de su novio.
— Es-espera —su pelirrojo jadea contra su boca, rodeándole el cuello con ambos brazos. ¿Cómo se atrevía a pedirle que espere si lo acerca de semejante manera? Eijiro se aparta del beso, abrazándose a él mientras oculta el rostro a un lado del suyo; el respirar de ambos es agitado y por lo que puede sentir, los dos están muy excitados—. Los niños.
— Están en su cuarto.
— Despertaran pronto.
— Hm, pero siguen dormidos —sonríe de lado, llevando las manos al trasero que lo tiene vuelto loco desde la primera vez que lo vio.
— Estás cachondo y loco —Eijiro se ríe, apoyando la espalda contra la puerta y viéndolo con tanto amor en los ojos que él se siente sonrojar un poco, es realmente afortunado—. Ayer, todo lo que dije era verdad y sí pienso cumplir, ¿de acuerdo? Sí iré con Ojiro, pero no hoy.
— Lo sé, tranquilo.
— Te amo mucho —Baja a besar nuevamente a Eijiro en los labios, suspirando soñador cuando la pierna izquierda de su pelirrojo se eleva y se apoya contra su cadera, él la sujeta de la corva y se toma el descaro de frotarse contra su novio.
A pesar de la negación de un principio, la ropa interior que era lo único que vestían ya no se encuentra en su camino y él toma ambas corvas de su novio para alzarlo, logrando así deslizarse dentro del caliente y apretado interior de Eijiro, quien se cubre la boca para no hacer ruido alguno en cada embiste que da.
Sonríe contra la piel del cuello, el aroma a canela le nubla la mente y cuando Eijiro lo aprieta dentro mientras se derrama contra su abdomen, acelera el ritmo de las embestidas en busca de su propia liberación y al encontrarla, no duda en morder la unión del cuello y el hombro.
Desde que conoce a Eijiro la necesidad de morderlo y ser mordido ha existido, y para calmar la culpa de su novio cada vez que este entraba en celo y él terminaba como colador, fue con Ojiro a hablar y aclarar dudas. Su compañero explicó que la acción de morder es habitual en una pareja de gran intensidad física y sexual como una demostración de afecto; una atracción inevitable que les lleva a querer devorarse mutuamente.
Vaya par son.
— Yo también te amo —Susurra contra la piel que ha marcado, lamiendo perezosamente.
— Necesito un respiro —murmura su novio, respirando agitadamente.
— Hace tiempo que tú y yo no hacíamos un rapidito.
— Bueno, no es como que a ti se te pueda pedir parar luego de comenzar algo —Suspira el pelirrojo—. Que bien que ayer te deje seco.
— No tanto —adelanta las caderas, haciéndolo tensar el cuerpo completo al sentirlo dentro todavía—. Dejando este acelerado momento a un lado y que deberemos bañarnos, otra vez, ¿tienes algo más por decir? —La sonrisa de Eijiro no flaquea, solo que ahora las manos comienzan a jugar con el cabello de su nuca y él procede a salir de ese maravilloso cuerpo, soltándole las corvas para sostenerlo de la cadera.
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Un Omega Para Mí (BakuShima)
FanfictionLos bajos barrios tienen su atractivo, ya sea por sus centros nocturnos o que en cada esquina puedes conseguir un poco de caricias a cambio de dinero. Sin embargo, nada de ahí es bien visto ni menos los omegas que de ahí vienen, pues los problemas s...