нєу, ѕιℓℓу кιтту - мιηѕυηg

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La casa de al lado llevaba años vacía, nunca nadie se había interesado en si quiera poner un pie en aquel lugar. Hasta aquella tarde de sábado en la que Minho miraba con sorpresa como los camiones de mudanza se posicionaba frente al lugar y tras ellos, una camioneta roja.

—¿Vecinos nuevos? –la voz de Seungmin me saca de mis pensamientos haciéndome posar mis ojos en él.

—Supongo... –encogí mis hombros y volví a mirar hacía la casa. —Será raro que la casa pase de abandonada a habitada.

—No estaba abandonada –rio el menor, lo miré con una ceja arqueada y una sonrisa burlona. —Bueno sí lo estaba pero se escucha feo.

No dijimos más pues nos quedamos cautivados mirando hacía los muchachos que bajaban las cosas del camión, estábamos tan ensimismados en ello, cuando de repente la voz de un chico hablando desde la barda nos sobresaltó a ambos.

—¡Hey! –una sonrisa ladina se posó en su rostro.

Seungmin saludó efusivo mientras yo solo contemplaba de pies a cabeza al chico. Si quiera estaría llegando al metro setenta, piel acanelada, cabellos azules y ojos color miel. Vestía un pantalón de cuerina* y una musculosa, un pequeño tatuaje en sus costillas se daba a notar.

—¿No hablas o es que el gato te comió la lengua? –señaló al pequeño Dori en mi regazo y rio. Su risa dejó una extraña sensación en mi pecho.

Chasque mi lengua y bufé. Seungmin me propino un codazo haciendo que un poco del aire de mis pulmones escape.

—Sí hablo. –solté con un poco de fastidio. —Solo no estaba escuchando lo que decías.

Sentí a mi mejor amigo crisparse con mis palabras y sabía que se vendría un sermón sobre cómo dejar de ser asocial después de ello. Y es que la verdad, Lee Minho y la palabra socializar no se llevaban bien. Chocamos miradas y pude sentir a mi cuerpo traicionarme haciendo a mis mejillas ruborizarme.

—¿Querías algo? –Trataba de sonar amable, lo prometo, pero no es culpa si no funcionaba. —Pregunto porque sigues aquí.

—Minho –Seungmin me regañó en voz baja.

—Solo quería presentarme, gatito. –Sonrío. Una sonrisa que heló mi sangre. —Soy Han Jisung.

—¿Cómo me llamaste? –Trate de todas las maneras posibles que mi voz no temblara, pero la sonrisa socarrona en sus labios me dio a entender que mi intento fue en vano.

Encogió sus hombros como si no entendiera que es lo que yo intentaba decir, sentí el enojo invadirme, pero la voz tan pacifica de Seungmin me calmo.

—Mucho gusto, Lee Minho y Kim Seungmin –su sonrisa era grande y coqueta. Seungmin nunca cambiaba.

—Bueno Seungmin, fue un gusto hablar contigo, espero verte pronto. Por ahora, debo ir a ayudar... –sus ojos se posaron ahora en mí. —Nos vemos luego, gatito.

Mis labios se entren abrieron, pero ni una palabra salió de ellos, la sangre me hervía y simplemente decidí adentrarme a mi morada con el pequeño Dori en brazos y siendo seguido por mi mejor amigo.

—Minho ¿no te cayó bien Jisung? –mis ojos se posaron en él y una risa escapó de sus labios, estaba seguro que mi mirada voraz no era más que un intento fallido y me veía patético. —Será tu vecino, así que deberás acoplarte a ello.

Negué, no quería. Han Jisung gritaba problemas por todos los poros pero mis ojos no podían negar que el pequeño peliazul era jodidamente atractivo. Las horas pasaron y el menor de los dos se retiró dejándome en el vacío de mi casa, con pesadez caminé hasta mi habitación encerrándome en ella.

Miré a través de mi ventana encontrándome con la luz de la casa vecina encendida, mis mejillas ardieron cuando el mismo chico de esa tarde se pasó sin camisa frente a ella.

—Mierda.

—¿Te gusta lo que ves? –Su voz me sobresaltó, pestañeé varias veces por la sorpresa haciéndolo reír. —Gatito tonto.

Fruncí el ceño y rápidamente cerré esa ventana, las cortinas y apagué la luz de mi habitación.

—Prefería cuando aquella casa se encontraba abandonada.

Definitivamente Han Jisung, había llegado aponerle el mundo de cabeza con aquel tonto apodo que ahora no salía de su cabeza y que no saldría nunca más de ella.

*Cuerina: cuero ecológico, también conocido como cuero sintético o cuerina, tiene una textura similar a la que se obtiene de una vaca u otro animal.

¡Hola! 

¿Qué pensaban? ¿Acabo la otra historia y ya no me iban a tener en sus notificaciones? 

Pues no, jé. 

Les traigo esta historia, la cual espero les guste igual que la anterior. Por ahora solo tengo el prologo pero poco a poco iré actualizando.

Les quiere, 

sstaaayy