❝ Lee Minho y la palabra socializar, no van de la mano. Han Jisung es aquel chico que llegará a sacarlo de casillas mientras le da un giro de 180° a su vida. Pues el pequeño de cabello azul, no grita más que peligro por todo su ser.❞
-Mención del Se...
Creo que este capítulo será algo crudo, no sé como describirlo.
Así que, si en algún momento les incomoda pueden simplemente pasarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con apenas quince años y ya tuvo su primera –y absurda– ruptura amorosa. Es decir, como podía ser que aquel mocoso de unos catorce años recién cumplidos, llamado Hwang Hyunjin le había dicho "Creo que debemos terminar, ya no me gustas, eres lindo pero muy gruñón y no puedo estar con un gruñón, seamos amigos".
—Ojalá pise una piedra y se caiga...—susurró bajito mientras se columpiaba suave—. Tonto niño cara de dumpling, me caes mal.
—¿Estás bien o estás hablando con alguien que yo no puedo ver?
Minho paró sus suaves impulsos levantando la vista, aquellos ojos café oscuros lo examinaban de pies a cabeza mientras esperaban una respuesta del muchacho en los columpios.
—Sí —sonrío mientras se levantaba—... es decir, estaré mejor luego pero no es nada malo.
—Parecía ser malo —el chico frunció su ceño y Minho rio.
—Nada de qué preocuparse...—ambos se miraron por unos minutos— Park Seonghwa ¿no?
Una sonrisa brillante se posó en los labios del más alto haciendo que una corriente recorra desde el dedo pequeño del pie a la cabeza de Minho.
—Lee Minho ¿no? —Arqueó una ceja divertido haciendo reír al más bajo—. Sería raro que no nos conociéramos ¿no?
—Creo que sí, después de todo estamos en la misma clase —logró decir entre risas.
—Eres bonito mientras ríes...
Minho sintió sus mejillas encenderse al igual que su ritmo cardíaco parecía acelerarse por aquellas pequeñas e insignificantes palabras.
—No, que dices —Seonghwa sonrío haciendo al pequeño desviar su mirada—. Tú también eres bonito cuando sonríes, quizá deberías hacerlo más.
Park asintió y dio unos pequeños pasos hacía el más bajo haciendo que se sienta más pequeño de lo que realmente era.
—Quizá deba estar contigo para sonreír así.
El castaño abrió sus ojos con sorpresa, ni una palabra salía de su boca y podía sentir sus orejas calentarse por lo rojas que deberían estar.
—¡Debo irme!
Sin decir más salió de ahí prácticamente corriendo, es decir, no es como que si aquellos comentarios le hubiesen disgustado siquiera un poco pero Park Seonghwa era como aquel trofeo que solo puedes ver de lejos.
Seonghwa observo al menudo muchacho perderse en la lejanía, unas risas se hicieron presentes dejando ver a sus amigos quienes habían estado ocultos durante todo ese rato que había hablado con Minho.