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Jisung había llegado a su casa completamente sudado, jadeando y con la ligera sensación de que algo iba mal.

—¿Sung?

Se tensó apenas escuchó la voz de su madre.

—Sí, soy yo.

La cabeza de su madre asomó por la puerta de la sala con un ligero asombro reflejado en su rostro.

—¿Te sientes bien? —Se acercó para tocar su frente—. Sung estas caliente.

Jisung negó mientras apartaba la mano de la castaña de él.

—Estoy bien ¿sí? Solo no quise entrar a clases...—la mujer arrugó el ceño—. De nada me sirve encariñarme con el lugar si nos iremos ¿no?

La mujer desvió la mirada de su hijo algo apenada, Jisung suspiro y alejándose de ella empezó a subir los escalones. Su madre lo vio desaparecer por las escaleras, soltó un pequeño suspiro y continuó con lo que estaba haciendo mientras escuchaba a su hijo hablar por última vez.

—Estaré en mi habitación, por favor no me molestes.

Jisung ingresó a su habitación lanzando su mochila por algún lugar, sacó su camisa sudada y colocó otra mucho más holgada, observó a través de su ventana buscando que la del mayor estuviese abierta y una pequeña sonrisa se posó en sus labios cuando vio que sí.

—Gracias Lee.

Se acercó y apenas colocó un pie fuera de su ventana sintió una corriente recorrer todo su cuerpo haciéndolo congelar en su lugar.

—Vamos Han Jisung, tu puedes, no mires abajo. —Suspiró.

Centro su mirada en la rama a la que debía llegar e inicio su caminar, una vez llegó a ella dejo escapar todo el aire de sus pulmones, inhalo profundo mientras apoyaba su pie en la otra rama para llegar a la cornisa del mayor.

Una vez logró llegar a la ventana del mayor se adentró a la habitación cayendo al piso, inhalando profundamente y buscando calmar su corazón acelerado.

—¿Minho? —Su voz salía ronca por los jadeos aun presentes—. ¿Lee?

Sus ojos recorrieron la habitación del mayor parando sobre la cama del mayor, el aire escapó de sus pulmones al ver al mayor respirando pesadamente y su frente brillando por las gotas de sudor bajando por esta, se acercó y colocó su mano sobre el rostro del mayor, estaba hirviendo.

—¡N–no! —El mayor apartó su mano tomándolo por sorpresa—. Déjame.

Minho intentó incorporarse pero su débil cuerpo volvió a caer en el suave colchón.

—Minho, estas hirviendo...—tomó su mano pero el mayor la arrebató.

—Seonghwa, n–no...

Jisung arrugó el ceño ante aquel nombre, gracias a Hyunjin sabía a quién pertenecía pero no sabía cuál era la historia tras eso dos que tanto le dolía al pelinegro frente él.

—Soy Jisung, Minho...

Minho entreabrió sus parpados que se encontraban pesados y los fijo en el menor frente a él.

—Seonghwa...

Jisung bufó por la mención de ese nombre otra vez.

—Ni siquiera soy pelirrojo como ese idiota...—bramó mientras tomaba su celular para escribirle a Changbin.

Changbin Hyung

Por favor, dile a Seungmin que Minho está mal.

Que venga a su casa...