❝ Lee Minho y la palabra socializar, no van de la mano. Han Jisung es aquel chico que llegará a sacarlo de casillas mientras le da un giro de 180° a su vida. Pues el pequeño de cabello azul, no grita más que peligro por todo su ser.❞
-Mención del Se...
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—Siento que tu relación no hay funcionado...—acarició suave el cabello del pelinegro con mechones rubios frente a él—. En serio lo siento, se veían tan felices.
Sus manos removían los pequeños arreglos florales que había en el lugar mientras hablaba con el menor sobre su fallida relación.
—Pensé que sería igual de duradera que tu relación con Minho hyung...—chilló el chico.
Jisung soltó una risita que hizo al menor bufar.
—Gyu ¿cómo se te ocurre buscar una relación como la mía con Minho? —enarcó una de sus cejas incrédulo—. No somos una pareja ejemplar.
—¡Que mentira! —chilló—. ¡Van a ser seis años de relación mañana y siguen tan felices como siempre!
El mayor puso los ojos en blanco mientras llamaba a la chica de la florería para pedir los arreglos que le habían gustado.
—Pero tenemos nuestras peleas Gyu, incluso consideramos terminar cuando él estaba estudiando en la universidad...—suspiró.
Se encaminó a la caja esperando a pagar, Gyu se dejó caer sobre el hombro del mayor y liberó un suspiro cansado.
—Pensé que me iría bien con Huening Kai...—el mayor rio—. ¿Qué es gracioso?
Jisung dejó un suave golpe en la frente del menor.
—Eres tan ciego...—rio—. Ni siquiera notas al pobre de Kang que anda atrás tuyo como si fuera un perrito.
Beomgyu sintió sus mejillas colorearse.
—¡Eso no es cierto! —exclamó, Jisung negó mientras entregaba la tarjeta para pagar—. ¿No se supone que esto es para Félix? —asintió—. ¿Entonces por qué llevas girasoles? A Félix le gustan las rosas.
Jisung mandó a callar al menor haciéndolo refunfuñar.
—Bueno, el compromiso será para Hwang y él, pero no hay nada de malo en que mis flores favoritas estén ahí...—río.
Y como si hubiera invocado a su mejor amigo, una llamada de este ingreso en el momento justo que le entregaban los arreglos.
—Ya dije que estoy en camino.
—Dijiste eso hace media hora —regañó.
Jisung soltó una carcajada.
—Lo siento, sucedieron cosas...—dijo mientras su mirada caía sobre Beomgyu, quién le sonrío—. No estoy lejos.
—¿Dónde estás?
—No seas curioso...—regañó y acto seguido colgó—. Creo que querrá matarme cuando me vea.