єιgнтєєη

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Jisung salió de su hogar con unas pequeñas marcas en su rostro que no pasaron desapercibido para el mayor.

—¿Qué te pasó?

El menor se tensó y aferró la mochila en su hombro dispuesto a seguir de largo, ignorando al chico pelinegro que venía tras él.

—Jisung...

—No me pasó nada.

—Han Jisung.

Minho haló al menor de la maleta y la agarró entre sus manos para que este no pudiese escapar.

—¿Qué?

Volteó chocando con la mirada del mayor, sus ojos reflejaban preocupación y dolor.

—Estoy bien ¿sí?

—No lo estás...—sus manos tocaron el rostro del menor quien se dejó acariciar—. Sung...

El peliazul se lanzó sobre los brazos del mayor ocultando su rostro en el pecho de este, se sentía pequeño y avergonzado.

—No lo estoy...—susurró.

—¿Me quieres contar?

Negó primero pero luego asintió.

—Toma el tiempo que necesites...

Una pequeña nube de silencio los rodeo por unos minutos.

—Mi papá...—susurró—. Él y yo...

Jisung pudo notar los puños del mayor empezar a cerrarse.

—Yo solo le dije que no quería irme de aquí, no quiero regresar a Malasia...—dijo con la cabeza gacha—. Le recordé que cumpliré dieciocho y que por ello simplemente puedo decidir quedarme, no lo tomo...—su voz se tornó más baja—. No lo tomo nada bien y bueno, termino diciendo cosas hirientes hacía mí, ya sabes, mi sexualidad y así...

Sus manos cubrieron los puños formados en las manos del mayor en busca de calmarlo.

—Yo tampoco dije cosas muy amigables hacía él y estalló...—rio sin diversión—. Solo fueron unos cuantos golpes, estoy bien.

Minho recorrió con su mirada el rostro del menor, un ojo morado, el pómulo lastimado y su labio con una ligera cortada.

—No lucen como unos cuantos golpes...—Jisung rio bajito—. ¿Tú mamá...?

Jisung desvió su mirada porque sintió sus ojos escocer ante la pregunta.

—Se quedó callada, viendo todo de lejos...—susurró—. Como siempre lo hizo cuando yo era pequeño.

—¡Es que me va a escuchar!

El mayor dio la vuelta dispuesto a regresar y quizá, en un arranque de valentía, hacerles frente a aquellos señores con los que convivía el menor pero los brazos de este alrededor de su cintura no lo dejaron avanzar.

—¿Te preocupas por mí? —rio suave mientras acomodaba su cabeza en la espalda del mayor—. Eres un gatito lindo.

Minho sintió sus mejillas arder, volteó lentamente dejando al menor frente a frente con él.

—Me preocupo por ti y lo haré siempre...—sonrío.

Jisung le dio un golpe suave en el pecho mientras se alejaba de él.

—¡Yah! Que cursi...

Minho puso sus ojos en blanco antes de seguir su camino hacía el instituto.

Tsk...—chasqueó su lengua—. Pero que ardilla más molesta.

Jisung arrugó su ceño e inflo sus mofletes.

нєу, ѕιℓℓу кιтту - мιηѕυηgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora