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ηιηєтєєη

Habían pasado apenas dos semanas desde que el menor de los Choi había hecho una icónica aparición en su vida nuevamente mientras el pequeño parecía ser una bola de alegría y energía que amaba compartir tiempo con el peliazul, había un pelinegro que empezaba a detestar siquiera el ínfimo ruido que este pudiese proporcionar.

Sus ojos seguían al chico de mejillas abultadas con el menor, quienes caminaban por el enorme patio del instituto, Seungmin posó sus ojos en su amigo para luego desviarlos hacía los dos chicos.

—Sí las miradas matasen esos dos ya estarían mil metros bajo tierra.

Minho bufó mientras volvía a colocar su mirada en el libro entre sus manos, el de cabellos lilas posó la mirada en el menor a su lado quien se encogió de hombros. Desde hace una semana que Chan y JeongIn empezaban a pasar sus ratos libres con ellos mientras que Jisung era raptado por el menor de cabellos negros largos y Seo Changbin... él solo decidió desaparecer.

—Te saldrán arrugas señor...

El pelinegro posó los ojos en el chico ahora rubio pues su tono rosa ya había desaparecido.

—Cállate tú.

Hyunjin lo imito en voz baja haciendo que el mayor lo mirase mal.

—Lo siento...—hizo una pequeña reverencia y se escondió tras su pareja.

Félix soltó una pequeña risita antes de hablar.

—Min hyung...—el mayor lo miró—. ¿Por qué esta tan molesto?

—No lo estoy, Dios.

—Ese tono de voz suena a enojo...—habló Chan.

—No lo estoy.

—Hyung...

La voz del menor hizo que todos lo miraran pues este no solía hablar mucho con el mayor porque se sentía intimidado por el mismo.

—JeongIn...

—¿Su enojo es por qué Jisung hyung pasa mucho con Beomgyu–ssi?

Minho gruño exasperado mientras cerraba el libro de un solo golpe antes de levantarse de la mesa.

—¡No estoy molesto!

Dio la vuelta y sintió sus mejillas arder cuando casi choca contra el cuerpo del peliazul que parecía no tener interés más en él desde que aquel chico tan alto llegó a su vida... otra vez.

—¿Estás bien? —sus manos iban a hacer contacto con su rostro pero la voz del menor lo interrumpio.

—¡Jisung hyung, te traje esto! —sonrío mientras ponía frente a sus ojos una pequeña botella.

—Oh...ah, gracias...

El mayor soltó un pequeño grito mientras pasaba entre ellos dándole un suave empujón al más alto, quién decidió ignorarlo.

—¡Chan hyung! —chilló el menor haciendo a Yang arrugar su ceño—. ¡Hola!

—Beomgyu...—susurró Jisung mientras apretaba el puente de su nariz—. Deja a Chan en paz.

—Pero es tan bonito...—puchereó. JeongIn sintió su sangre hervir del enojo.

—¡Nos vemos! —se levantó apurado sin terminar su comida.

Chan suspiró frustrado, le dio una mirada desaprobatoria al menor de cabellos negros antes de salir atrás de su pareja. Los tres chicos que estaban aún en la mesa se miraron con el ceño fruncido pero prefirieron ignorar la situación.