❝ Lee Minho y la palabra socializar, no van de la mano. Han Jisung es aquel chico que llegará a sacarlo de casillas mientras le da un giro de 180° a su vida. Pues el pequeño de cabello azul, no grita más que peligro por todo su ser.❞
-Mención del Se...
Jisung contemplaba la ventana cerrada de su vecino, la cual llevaba así dos días, un suspiro escapó de sus labios ante la nula idea de donde estaba el chico de mechones azulados.
—¿Quién?
Su voz sonó cansada al responder al incesante llamado en su celular.
—¿Estás ocupado?
—Para ti, sí...
Escuchó un bufido escapar de los labios del chico al otro lado de la línea. —Oh vamos ¿qué planeas hacer?
—Tengo cosas que hacer en casa...—su mirada volvió a la ventana frente a él—... cosas muy importantes.
—Hmm ¿sí?
—Ya dije que son importantes.
—No creo que mirar la ventana de tu vecino sea algo sumamente importante...
—Pues lo... espera ¿qué?
—Sí bueno, desde aquí puedo ver perfectamente lo que haces y no se ve interesante.
Jisung arrugó su entrecejo buscando al muchacho que tenía al teléfono, no le costó mucho pues solo bastó con bajar la mirada para toparse con el delgado chico a los pies de su casa.
—¿No te han dicho que espiar a los demás está mal? —La voz de Hyunjin sonaba divertida—. Que niño malo has sido.
—No seas insufrible... —dijo mientras ponía los ojos en blanco—. ¿Qué quieres?
—Tengo tiempo, tú tienes tiempo, salgamos.
—No tengo tiempo.
—Ibas a pasar literalmente mirando la ventana de Minho toda la tarde, Jisung.
El peliazul suspiró rendido y retrocedió un poco estirando los brazos en los que había estado apoyado por mucho rato, más del que había esperado estar.
—¿A dónde quieres ir?
—¡Félix dijo para ir al arcade!
—¿Me estás llevando de violinista a tu cita con Lee Felix, Hwang Hyunjin?
Asomó su cabeza por la ventana haciendo reír al alto por su gesto nada intimidante.
—No es una cita, igual él le dijo a Seungmin para ir y bueno, ajá...
—No le caigo bien a él.
—Nunca le caes bien a nadie Sung.
—¡Oye!
—¿Qué? Es la verdad, ni a Minho le caías bien y a veces creo que sigues sin hacerlo...
—Touché.
—Bueno, te espero acá. Cinco minutos para que te arregles y muevas tu trasero.
Jisung chasqueó la lengua a la vez que ponía sus ojos en blanco nuevamente, es decir, no le molestaba salir con su amigo y su futura pareja, mucho menos con el chico de ahora cabellos morados pero si le molestaba que lo apresuraran, más cuando llegan de la nada con ideas.
—¡Te quedan cuatro minutos!
—¡Ya voy!
La risa de su amigo lo hizo poner sus ojos en blanco otra vez, que pesado solía ser. Tomando una chaqueta negra y un pasamontaña del mismo color salió de su habitación gritando a su madre que no lo esperase para cenar.
—¡Vamos! —Dio un golpe en la nuca de su amigo haciéndolo quejarse—. Ugh, no seas dramático.
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