❂ Capítulo 19

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La luz se proyectaba a través de las gruesas vidrieras dejando una danza de colores en el mural

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La luz se proyectaba a través de las gruesas vidrieras dejando una danza de colores en el mural. Rojos y azules resaltaban las extrañas tallas.

Jimin se despertó con un cuerpecito acurrucado a su lado. Volvió la cabeza con cautela, agitando las pestañas hasta abrirlas. Sophie formaba un ovillo pegado a él, con el pelo oscuro caído sobre la cara. En el suelo había una vela fundida, al lado del muro de mármol, donde la niña la había dejado, testimonio de su coraje frente a los temidos fantasmi en su esfuerzo por acudir junto a él. Tenía una manita agarrada a su camisa blanca.

Soltó con cuidado sus dedos y se sentó. SeokJin ya no se encontraba en la habitación, lo cual indicaba que probablemente era bastante tarde. Él rara vez dormía despues del amanecer.

El palacio estaba silencioso.

Se estiró perezoso y cruzó la estancia para su aseo matutino. Tenía el pelo un poco revuelto y hecho un nido de pájaros gracias a las caricias nocturnas de Jungkook.
Cerró los ojos en un intento de bloquear los recuerdos que se agolpaban en su mente: la sangre de Baekhyun, su rostro joven y desesperado mirándolo en espera de un milagro que él no podía ofrecerle.

Miró a la inocente que dormía tan tranquila en la gran cama. A esta niña sí podía ayudarla, y lo haría, se juró.

No quería pensar demasiado a fondo en su propia conducta con el señor Jeon la noche anterior. Le había quitado la camisa sin reparos, dejando su cuerpo expuesto a la mirada ardiente del pelinegro. Él se encontraba como ido entonces, pero ahora el recuerdo era vívido, más de lo que le hubiera gustado.

La mirada de Jungkook era intensamente posesiva.

Había percibido en su mente intentos sinceros de consolarlo, pero su mirada estaba llena de un deseo descarnado. Con el recuerdo notó el calor y la incomodidad excitante en su cuerpo.

Suspiró y volvió deliberadamente la atención hacia el mural pintado y a las figuras del muro de mármol. Con los rayos del sol proyectados a través de la vidriera, unos prismas de color bañaban e iluminaban el relieve. Por toda la colcha, los tonos rojo, verde, amarillo y azul daban forma a un hermoso arcoíris. Jimin miró de nuevo los ventanales, que atrajeron su interés. Eran tan inusuales, altísimos, con un tapiz virtual de imágenes intercaladas en los distintos vidrios circulares. Escenas de la vida de la aristocracia. Entre los vidrios, las enredaderas emplomadas unían las escenas.

Era una verdadera obra de arte, y la filigrana metálica lograba un peculiar efecto en el mural de la pared más distante. Las serpientes enrolladas parecían otra cosa, casi como escaleras de caracol para descender hasta el fondo del mar.

Sophie se agitó y movió su manita por la cama, era obvio que buscando su calor. Cuando descubrió que estaba sola, soltó un jadeo de sorpresa y se sentó asustada, abriendo mucho los ojos.

—Estoy aquí, bambina. No me creo que tengas miedo despues de que anoche hicieras frente a i fantasmi para compartir la habitación conmigo. Con la luz del día nada puede asustarte ya.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑱𝒆𝒐𝒏 ✧ 𝙺𝚘𝚘𝚔𝙼𝚒𝚗.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora