《 FINALIZADA 》
Jimin toda su vida ha sido un tanto "diferente".
A sus escasos 19 años es el sanador del pueblo en el que vive y es la alegría de sus vecinos, que lo protegen a él y a su peligroso secreto.
Por eso, cuando se le convoca al Palazzo de...
➤ De antemano quiero aclarar que lo que viene a continuación es sólo ficción, los estados de Corea del Sur y así como su mandato e historia es basado para la redacción del fic y toda información es falsa.
Dicho esto, disfruten del extra. ❥❥
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La luz matinal entraba por el gran ventanal de colores, la imagen de una rosa blanca siendo recogida por un hombre con capucha negra alrededor de un gran bosque lleno de color iluminaba la estancia donde una joven envuelta en sábanas se encontraba.
-Sophie, levántate. ¡Es hora, es hora! Mis padres están esperándote; ¡me prometiste que comeríamos el pudín de Heechul juntos! -el pequeño niño no paraba de sacudirla, en un intento de despertarla de una vez. -Es mi cumpleaños, ¿no vas a felicitarme? -una mueca triste se puso en su rostro.
La joven rió bajito, estaba despierta y lista desde hace mucho, esperando desde la primera hora del día para festejar a su preciado primo. De la nada, salió de entre las cobijas y lo abrazó con fuerza, asustándolo y al mismo tiempo sacándole una hermosa risa mientras se enredaban entre las cobijas de su cama.
-¡Feliz cumpleaños Yeonjun! -le dijo mientras repartía varios besitos alrededor de sus rellenos mofletes.
-¡Sophie! Pensé que te habías olvidado de mí -los ojos del pequeño brillaron por unas cuantas lagrimitas.
-Oh, bambino, yo jamás podría olvidarme de ti. Además, te prometí algo, ¿no es así?
-¡Si! ¡Pudín, pudín, pudín! Vamos Sophie, vamos ya. ¡Mi padre Minnie se lo acabará todo si no llegamos!
El pequeño pelinegro corrió con rapidez fuera de la alcoba mientras ella se levantaba lentamente con una sonrisa, se alineó el vestido y se encaminó hasta el pasillo donde todos los guardias le ponían atención al pequeño mientras les contaba acerca de su pudín favorito. Sonrió mientras negaba con la cabeza, sin poder creer lo amable y lindo que era su primo con los demás.
-¡Niños! -una conocida voz del otro lado del pasillo se hizo presente. El pequeño corrió a su lado y se escondió detrás de su vestido con una risita. -Yeonjun, ibas por Sophie, ya has tardado mucho.
-Sophie no se quería levantar. -dijo el menor mientras se cruzaba de brazos e intentaba ponerse serio, tratando de imitar a su otro padre. -No es mi culpa abuelo Jin.
El mayor dejó a un lado su mirada seria para empezarse a reír, el pequeño Yeonjun era una dulzura, tenía los preciosos ojos azules de Jimin al igual que sus mejillas, pero su cabello era como el carbón y su piel delicadamente bronceada como la de su padre Jungkook.
-Bueno, está bien, sé que no tienes la culpa jovencito así que, ¿Por qué no vamos los tres al comedor? Yo también quiero del pudín de Heechul y tu padre Minnie se lo está terminando. Oh por cierto Sophie, Ketsia llegó juntó con los duques de Daegu. ¿No tienes algo que contarme? -su voz final denotaba juguetona picardía.
