No es así con los demás. Nunca ha sido así de increíble que contigo.
Y no sabía como explicárselo. ¿Cómo podía hacerlo? El palacio era su hogar, él era el guardián de su gente. Era su deber, recaía sobre sus hombros y nunca lo eludiría. Pero la maldición que perseguía a su famiglia, era muy real. Los chismosos denominaban con acierto su hogar: Palazzo della Morte. Era un lugar oscuro y monstruoso para vivir y crecer. Un velo de maldad lo revestía, al parecer imposible de retirar. No había risa ni amor aquí, sólo vacío, miedo y envidia.
Algo maligno acechaba y contaminaba todo lo bueno.
Las personas que habían pasado por su vida íntima eran un mero deber, algo que le avergonzaba. Era muy consciente de la maldición, muy consciente de la bestia salvaje que permanecía agazapada dentro de su ser, de la sangre caliente que corría por sus venas. Había visto los resultados en su padre.
Volvió a besar a Jimin, con ternura y delicadeza. ¿Cómo podía explicarle que no debería haber sido tan egoísta para obligarlo a aceptarle? ¿Qué su vida estaba en peligro constante y que la muerte acechaba cada momento que pasaba en el palacio?
Lo besó una vez más porque tenía que hacerlo, porque no podía hacer otra cosa en ese momento. Estaba acechado en su cama, con su cuerpo blando y tentador, sus ojos luminosos, enormes y tímidos, como un ángel atrapado en el reino del diablo.
—Quería encontrar el regalo de bodas perfecto para ti —dijo en voz baja, besando la comisura de su boca, descendiendo luego hasta la barbilla. —Me dijeron que tenías un interés personal por la limpieza, por el agua caliente.
Al instante la mirada de Jimin se ensombreció, obsesionado, su rostro joven reflejó miedo. Jungkook se inclinó una vez más para besar aquellos labios carnosos.
—Tienes hábitos extraños, piccolo. No puedes negarlo. —sonaba divertido.
El rubio se volvió en un intento de soltarse de sus brazos. ¿Se trataba de alguna crueldad? ¿Una amenaza velada de que, si no le complacía, lo señalaría como brujo? La palabra ya había sido mencionaba dos veces, algo temible en caso de que el señor Jeon quisiera librarse de él.
Jimin sabía qué era diferente, y lo bastante inteligente como para saber el coste exigido a su villaggio por esas diferencias.
El Jeon que había negociado con los antepasados que gobernaban el pueblo quería introducir esas habilidades peculiares en su línea de sangre. El noble les había permitido poner el pueblo bajo su protección a cambio de aceptar la Cláusula Nupcial.
Amore mio.
La voz se arrastraba como una caricia, tambien como una reprimenda amable.
—Me miras con tal miedo en esos ojos preciosos....
Cada vez le resultaba a Jeon más fácil conectar con él. Cuando sus emociones eran así de intensas, podía conectar con él, la voz sonaba fuerte en su mente.
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𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑱𝒆𝒐𝒏 ✧ 𝙺𝚘𝚘𝚔𝙼𝚒𝚗.
Fanfiction《 FINALIZADA 》 Jimin toda su vida ha sido un tanto "diferente". A sus escasos 19 años es el sanador del pueblo en el que vive y es la alegría de sus vecinos, que lo protegen a él y a su peligroso secreto. Por eso, cuando se le convoca al Palazzo de...