☾ Capítulo 16

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Jimin se quedó muy quieto, esperando a que el señor Jeon llegara a su lado

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Jimin se quedó muy quieto, esperando a que el señor Jeon llegara a su lado.
Jungkook estiró una mano para enredarla en su suave cabello rubio.

-No estés tan asustado, dolcezza. No voy a encerrarte en la torre, al menos por el momento. Pero mi corazón no sobrevivirá a todos estos hombres que parecer adorarte y se postran ante ti. Debemos casarnos pronto o tendré que batirme en duelo cada día. -tiró del pelo de Jimin y él se vio obligado a adelantarse y acercarse a su cuerpo. Los dientes de Jungkook centellearon cuando sonrió. -Eres precioso, piccolo. Más de lo que puedo expresar con palabras; supongo que no puedo culpar a estos jóvenes.

Jimin le miró la mano. Tenia arañazos en los nudillos y un punto de sangre manchaba su camisa inmaculada. Abrió los ojos llenos de horror y se volvió ansioso hacia el laberinto con esperanzas de ver a Hoseok.

-El chico está bien. -lo tranquilizó él- Insistía en seguir con su mentira, pero no podía permitir que siguiera mancillando tu buena reputación. Ponderará su locura durante unos días.

-Tal vez debería ir a ver cómo se encuentra. -dijo el rubio temeroso.

-Creo que mejor no, Jimin. -respondió Jeon con una nota dura de autoridad en la voz y una mascara inflexible en sus rasgos adustos.

-Entonces debe ir SeokJin. -insistió él.

-No creo que al chico le guste que otra persona presencie su actual malestar. Dañaría su orgullo.

-Jungkook, has dejado sola a tu visita. -saludó Taehyung, cruzando con toda tranquilidad el patio con una mueca secreta, juguetona, en el rostro. Había aparecido por el extremo más alejado del laberinto, bordeando los arbustos cuadrados del mismo para cruzar el verde césped -Pareces incapaz de mantenerte alejado de tu prometido, aunque debería decir que no puedo culparte. -miró por detrás de su hermano mayor y una mueca de beneplácito apareció en su rostro. -¡NamJoon! Has regresado en el momento más oportuno. ¡La famiglia se reúne para una boda!

Jimin se giró al mismo tiempo que Jungkook para ver a Jeon NamJoon surgir por el lado opuesto del laberinto. Llevaba la ropa gastada y hecha tirones, con manchas de lo que parecía sangre y polvo en algunos puntos. Se le veía cansado, un hombre alto y apuesto pero muy solitario.

NamJoon se detuvo a escasa distancia, estudiando a Jimin con su oscura mirada, y por un momento llameó el reconocimiento. De pronto el rubio se percató de que las puntas descalzas de sus pies despertaban en gran interés. Jungkook suspiró en voz baja mientras miraba la cabeza inclinada de su novio.

¿Hay algún hombre que no te haya codiciado?

Jimin se puso como un tomate, el rubor ascendió hasta su cara tan rapido que no tuvo esperanzas de detenerlo. Fulminó con la mirada a Jungkook. Desde luego que NamJoon no había suspirado por él. Con SeokJin le habían ayudado solo en aquella ocasión, y él a su vez le había recompensado con carne.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑱𝒆𝒐𝒏 ✧ 𝙺𝚘𝚘𝚔𝙼𝚒𝚗.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora