➤➤ Últimos capítulos.
Jimin miró a su alrededor en busca de sus ropas. La fina condensación del mar humedecía su pelo, rizado en espirales que lo hacían parecer más joven.
—¿Alguna vez te has cansado de ser el señor Jeon? —preguntó— ¿Tantos peticionarios acudiendo con sus problemas, esperando que los arregles a su gusto? —inclinó la cabeza a un lado— ¿Y cómo es que te convertiste tan joven en el señor de todas estas tierras? ¿Qué le sucedió a tu padre?
Prefería que se lo contara todo aquí, mientras se encontraban al aire libre, con el sonido de las olas rompiendo en las costas y el viento llevándose sus palabras al mar para que nadie aparte de ellos dos las escuchasen.
Jungkook se pasó una mano por el negro pelo con mirada inquieta de nuevo.
—Nonno se puso enfermo, tenia una fiebre terrible y no esperábamos entonces que se recuperara. La responsabilidad del liderazgo le correspondía a mio padre. Pero, aunque nuestro abuelo seguía enfermo y próximo a la muerte, había cosas que se negaba a explicar a su hijo sobre la gestión de nuestras tierras. Creo que sabía que mi padre... —buscó las palabras apropiadas— no estaba a la altura de las exigencias de tal puesto. La recuperación de mi abuelo sería difícil y larga, seguía muy débil, pero pronto quedó claro que mi padre no podía seguir dirigiendo a nuestra gente. Hubo... incidentes, pues no tardó en buscarse enemigos y descuidar sus obligaciones a causa de sus constantes líos de faldas. Nuestra gente, las fincas y las tierras, se estaban arruinando a ritmo vertiginoso. Las cosas no podían continuar así. También corrían rumores de que traicionaba a nuestros aliados. —se miró las manos— A mi padre lo asesinaron. Pero nunca llegué a descubrir quien dio la orden, pese a intentarlo. Sé que otros terratenientes estaban preocupados por la posibilidad de que él estuviera ayudando a nuestros enemigos, y sé que nonno temía que sucediera algo así. Le enterraron con discreción, y como el abuelo no había acabado de recuperarse lo suficiente, yo asumí el liderazgo.
Omitió decir que la mayoría de su gente creía que su abuelo había matado a su propia esposa y por ello tampoco lo querían de líder.
Jimin encontró la camisa y la sostuvo contra su torso durante un momento, agradecido de haber crecido en un villaggio libre de tantas intrigas mortales como aquellas.
—Me hace muy feliz que me escogieras como esposo, Jungkook. Espero que siempre pueda espantar las sombras de tus ojos.
El pelinegro se aproximó a Jimin al instante, atrayéndolo con los brazos, encontrando sus labios con la boca. Movió las manos por su espalda desnuda, siguiendo el contorno de la estrecha caja torácica, deslizándolas luego hacia arriba para tomar sus pezones, toqueteándolos con los pulgares, ya duros por el frío aire nocturno.
—Me alegra mucho haberte reconocido de inmediato al mirarte. Estabas destinado a mí, supe que era así, lo sentí en mi corazón.
Jimin casi dejó caer la camisa mientras le abrazaba acunando la cabeza contra su fuerte pecho, con los dedos en su cabello en una suave caricia.
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𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝑱𝒆𝒐𝒏 ✧ 𝙺𝚘𝚘𝚔𝙼𝚒𝚗.
Fanfiction《 FINALIZADA 》 Jimin toda su vida ha sido un tanto "diferente". A sus escasos 19 años es el sanador del pueblo en el que vive y es la alegría de sus vecinos, que lo protegen a él y a su peligroso secreto. Por eso, cuando se le convoca al Palazzo de...